Empiezan a repicar las campanas ante la próxima llegada de los nuevos procesadores de sobremesa de Intel, que tendrán que competir con los Ryzen de AMD en la guerra de los núcleos. AMD ha optado por la creación de chips pequeños que se pueden combinar entre ellos a través de la interconexión Infinity, abaratando costes de producción y poniendo procesadores de más núcleos en el mercado, e Intel optará por aumentar el número de núcleos en sus chips en el mismo espacio.

Esto lo va a conseguir con un proceso de fabricación 14 nm++ con una característica de hiperescalado que permite reducir aún más el espacio usado por los transistores en los chips, ganando espacio adicional para meter más chips. Esto habrá que ver cómo afecta a las temperaturas o el potencial de subida de los procesadores Coffee Lake. Los nuevos rumores apuntan a que Intel pondría los Coffee Lake de sobremesa el 5 de octubre.

Esta semana también ha aparecido una supuesta transparencia de la hoja de ruta de los chipsets de Intel, en la que se incluye un Z390 para la segunda mitad de 2018, el B360 para equipos generalistas porque la nomenclatura B350 se la ha apropiado AMD. ASRock también ha actualizado su web indicando que los primeros procesadores Coffee Lake usarán el zócalo 1151 actual, aunque no se sabe si funcionarán en las placas actuales previa actualización de BIOS —lo habitual en estos casos—, o habrá cambios que lo eviten. Uno de esos cambios podría ser la inclusión de un controlador de canal cuádruple de memoria, que para aprovecharlo se necesitaría inevitablemente nuevas placas base.

Por último, Nvidia ha empezado a entregar los equipos DGX-1 que incluye cada uno ocho tarjetas gráficas Tesla V100 con GPU Volta, acompañados de 512 GB de memoria DDR4 y 8 TB de SSD. Son equipos que cuestan 149 000 dólares cada uno, pero tienen una potencia de cómputo enorme que servirá bien a los centros de investigación en la carrera de la inteligencia artificial.

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