Esta semana ha tenido poco movimiento, pero ha dejado algunos resultados trimestrales de las grandes compañías del mundo del PC. Empezando por AMD, la cual ha conseguido obtener beneficios durante el tercer trimestre del año, a pesar de que la criptominería se ha derrumbado —quizás momentáneamente—, que fue la principal fuente de crecimiento durante el primer semestre del año. El motivo ha sido un excelente rendimiento de sus procesadores Ryzen, que han empujado a la compañía a tener unos beneficios netos de 102 M$, o un 67 % más que en el mismo periodo de 2017.

Sin embargo, este buen resultado de AMD no ha perjudicado a Intel, la cual también ha mejorado sustancialmente sus ingresos. Sus beneficios netos han sido de 6400 M$, un 42 % más, si bien todavía no se ha visto cualquier posible efecto de la subida de precios de sus procesadores a partir de septiembre. Eso se verá en los resultados de este cuarto trimestre. Hay que diferenciar entre el sector consumo, donde los precios tienen más intermediarios y por tanto se inflan más, que en la venta directa que hace Intel a ensambladores de equipos o empresas de centros de datos, donde no hay intermediarios o solo hay uno.

Si Intel sigue vendiendo bien sus procesadores en estos entornos, en los que le reporta más beneficios, es porque sus precios no se ven afectados tanto ante este aumento de demanda o falta de capacidad productiva a 14 nm. De hecho, Intel indicó que se está centrando en la producción de chips para sectores profesionales, los Xeon, así como los Core de sobremesa y portátiles. En este último caso tampoco debería afectan tanto la subida de precios por, como digo, la venta directa de Intel a ASUS, MSI, etc. Cuantos menos intermediarios, mejor.

Eso sí, hay rumores de que Intel habría cancelado el desarrollo de la litografía a 10 nm para centrarse en la siguiente a 7 nm. Es algo difícil de digerir, y que Intel salió casi al momento para negarlo. El actual problema que tiene Intel es con el rendimiento de producción de las obleas, que no consigue extraer suficientes chips viables como para que sea económicamente viable. De hecho, los problemas que ha tenido de tecnologías de producción a 10 nm ha hecho que incluso llegue un único procesador al mercado pero con la unidad gráfica integrada deshabilitada por no poder producir esa parte de los circuitos de manera eficiente.

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