Nvidia ha celebrado finalmente su esperadísimo evento para introducir las primeras tarjetas de arquitectura Pascal, y sin demasiadas sorpresas, y como ha ocurrido en generaciones anteriores, ha presentado las GTX 1070 y GTX 1080. Se ha centrado primeramente en la 1080, demostrando que cuenta con la potencia de dos GTX 980 en SLI.

Las especificaciones de la tarjeta son impresionantes. Las mejoras en la arquitectura sobre la Maxwell van cogidas de la mano con la reducción a un proceso de fabricación de 16 nm de TSMC frente al que usaban de 28 nm. Con esa reducción de tamaño ha habido una considerable reducción de consumo, que Nvidia muy sabiamente ha utilizado para aumentar enormemente las frecuencias de reloj de las tarjetas.

El resultado es que la 1080 consume 180 W, algo más que la GTX 980, pero sin embargo aporta el doble de potencia. Mirando a AMD, el problema al que se enfrentan es que van a reutilizar la arquitectura GCN, con mejoras de rendimiento, pero en esencia será la misma.

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Puesto que consume bastante más que las Maxwell, salvo el chip Fiji de la R9 Nano, el paso a un proceso de 14 nm le permitirá tener unos consumos en la línea de los de Nvidia (puede que incluso inferiores), pero no podrá aumentar mucho las frecuencias de reloj. El consumo de la R9 390 es de 250 W, mientras que la GTX 970 ya estaba en los 145 W. Salvo, claro está, que haya decidido mantener el consumo actual y aprovechar el margen térmico para aumentar las frecuencias de reloj. Según lo dicho por AMD una y otra vez, no es el caso, ya que se van a centrar en consumos y no en rendimientos. Veremos en qué queda la cosa a principios de junio.

Estas gráficas se podrán usar para los nuevos Battlefield 1 y Call of Duty: Infinite Warfare presentados esta misma semana. Sobre todo Battlefield va a ser el que más aproveche la potencia gráfica de la nueva generación de tarjetas, como siempre les ha gustado a la gente de DICE.

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