Intel ha puesto a la venta los esperados procesadores de sobremesa de 8.ª generación, llamados Coffee Lake. Son seis en total, tres desbloqueados y tres que no, yendo del Core i3 al Core i7. Sin embargo, solo ha puesto un chipset en el mercado, el Z370, usado en placas base caras, y por tanto los Core i3 no son los ideales para dicho chipset. Sin embargo, son los procesadores que más fácilmente se pueden encontrar, los Core i3-8100 e i3-8350K.

Ambos son de cuatro núcleos físicos sin multihilo, y básicamente son los antiguos Core i5, pero a partir de los 117 dólares. El aumento de potencia es sustancial, y por tanto una dura competencia para los Ryzen 3... si hubiera placas base baratas para usarlos. Eso llegará en enero o febrero, y hasta entonces los Ryzen seguirán reinando en el sector de los equipos económicos para juegos.

Los Core i5-8400/8600K y Core i7-8700/8700K son bastante más difíciles de conseguir, de seis núcleos físicos sin y con multihilo. No están listados ni siquiera en un buen porcentaje de proveedores, por lo que ha sido un lanzamiento sobre el papel. Dicho de otra forma, que todavía tardará unos días o semanas en llegar en cantidad al mercado. No es la estrategia de lanzamiento de producto que sigue Intel, por lo que suscitará preguntas como «¿lo ha hecho para frenar las ventas de los Ryzen?». Es posible.

En estas condiciones, es más fácil montarse un equipo con un Core i7-7800X (unos 340 euros) y una placa base X299 (unos 220 euros) que con un Core i7-8700K, y os recomendaría mirarlo si queréis la opción Intel por el tema de potencia por núcleo en juegos. Con un poco de suerte, igual a medida que avance la próxima semana van llegando a las tiendas, pero puede que lleve alguna semana más el que estén disponibles.

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