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Intel quiere darle un nuevo impulso a su tecnología Optane con la serie H20, la cual incluye en esencia unidades de estado sólido con una pequeña memoria Optane a modo de caché para aumentar su velocidad. Es una forma de no tirar la toalla con un producto que realmente no ha tenido mucha acogida entre el consumidor, aunque en el entorno empresarial ha despertado mayor interés.

El actual estándar de placas base y fuentes de alimentación, ATX, es un producto de Intel de 1995 que en pleno 2021 se sigue usando. Pero la electrónica ha avanzado mucho en todo este tiempo y ese estándar no es precisamente el más energéticamente eficiente del mundo. Por eso ahora Intel está empeñada en que se imponga un formato mejorado, aunque tiene más uso en los equipos de bajo consumo que en los de alto rendimiento, llamado ATX12VO, al menos en lo que se refiere a la alimentación.

No es el mejor año para que Intel lance al mercado sus tarjetas gráficas de consumo debido a la escasez de chips que afecta a cosas como los chips de memoria necesarios para ellas. Tiene que competir en precio si quiere abrirse hueco entre AMD y NVIDIA. Donde importa menos el precio —dentro de unos límites— es en el sector empresarial a donde están destinadas las unidades gráficas Ponte Vecchio mostradas por Intel anteriormente, basada en la arquitectura X^e-HPC. Lo que no se ha visto son las tarjetas gráficas en las que irán los chips, y esas serían las Arctic Sound.

A pesar de la alta demanda de chips de todo tipo, este año está siendo bastante interesante por todas las nuevas tecnologías que están llegando al mercado. O, más bien, es un no parar desde que NVIDIA anunciara el pasado septiembre la serie de gráficas RTX 30. Los casi ocho meses que restan de año va a ser también un no parar en varios frentes, pero me atrevo a decir que lo más esperado son los procesadores Alder Lake S de Intel, los primeros de sobremesa a 10 nm de la compañía, con un cambio de arquitectura más que importante.

Poco quedaba por saber de los procesadores Tiger Lake H de Intel, al menos oficialmente. Englobados en los Core de 11.ª generación de portátiles, son cinco inicialmente y vienen a cubrir el vacío dejado por los Tiger Lake U que solo llegaban a cuatro núcleos; en este caso hay modelos de seis y ocho. Se benefician de la nueva arquitectura de núcleos que potencia notablemente su procesamiento mononúcleo, pero además están fabricados con un proceso litográfico de 10 nm SuperFin. Por tanto, son un buen paso adelante para la compañía, y habrá que ver qué tal compiten con los Ryzen 5000H de AMD.

Los rumores sobre la fecha de lanzamiento de los Alder Lake siguen siendo cambiantes, aunque Intel remarcó recientemente que seguía con su plan de ponerlos en el mercado antes de final de año. Serían tanto los modelos para portátiles como para sobremesas, y ahora desde WCCFTech apuntan a que el lanzamiento oficial de los de sobremesa (Alder Lake S) tendría lugar en noviembre.

Intel está ultimando sus primeras tarjetas gráficas dedicadas de alto rendimiento para juegos, pero con la coyuntura sanitaria todo lo que tiene que ver con electrónica está sufriendo retrasos. Es quizás por lo que ahora se apunta más al tercer trimestre del año para la llegada de las tarjetas gráficas DG-2 basadas en la arquitectura X^e-HPG en lugar de a este segundo trimestre. Sea como sea, también tendrían versiones para portátiles, que llegarían en equipos junto a los procesadores Alder Lake P.

Intel está preparando la presentación para el 11 de mayo de los procesadores Core de 11.ª generación para portátiles de alto rendimiento comúnmente llamados Tiger Lake H. Fabricados con el proceso de 11 nm SF de la compañía, duplica el número de núcleos que los Tiger Lake U, o sea que son ocho, y por tanto están más orientados a dar un alto rendimiento. Teniendo en cuenta las mejoras en la potencia mononúcleo, seguramente se hagan notar.

Intel viene de varios años en los que ha experimentado una fuerte demanda de sus procesadores que no ha podido cubrir y por tanto ha tenido como consecuencia una escasez. Se ha notado más en los procesadores de sobremesa pero también en portátiles, y eso abrió la ventana de oportunidad para que AMD colara sus procesadores Ryzen. Que, todo sea dicho, los Ryzen 5000 no tienen nada que envidiar a los Core y en ciertos aspectos son mejores —sobre todo en la cantidad de núcleos máxima—. Sea como sea, hay algunos elementos de la cadena de suministros que están tensionados ahora mismo y uno de ellos es el sustrato para la fabricación de los procesadores.

Intel ha establecido una estrategia agresiva de expansión de fabricaciónpara los próximos años, si bien lleva expandiéndose dos o tres años sin parar. Pero el coste de crear nuevas fábricas es muy alto y eso implica que tampoco se puede expandir a lo loco ya que la amortización de las nuevas instalaciones lleva años. Lo que es más barato y amortizable a corto plazo es expandir operaciones en fábricas existentes, e Intel también lo está haciendo. La próxima en expandirse será la instalación de Nuevo México.