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AMD ha puesto a la venta los dos procesadores Ryzen Threadripper que faltaban por llegar de los cuatro inicialmente anunciados por la compañía, con la clara intención de acaparar el máximo de cuota de mercado posible entre los profesionales y entusiastas de los videojuegos. Son los modelos 2920X y 2970WX, que dispone de doce y veinticuatro núcleos físicos, respectivamente.

Dentro de las cosas extrañas a las que tiene acostumbrado AMD, la compañía ha añadido a su catálogo maestro un procesador sacado de otra época. Se trata de un procesador Carrizo, una unidad de procesamiento gráfico (APU), por lo que su rendimiento, comparándolo con los actuales Ryzen y las APU con núcleos Ryzen como el Athlon 200GE, es más bien escaso. Es más propio del catálogo de AMD de hace dos a tres años que de finales de 2018.

MediaTek está un poco desaparecida en combate, con Qualcomm acaparando la mayor parte del sector de los sistemas en chip (SoC). Por el momento la compañía se va a centrar en chips de gama media como el nuevo Helio P70, si bien se trata en la práctica de una versión algo subida del Helio P60, y por tanto no aporta nada especialmente diferenciador al sector de los smartphones.

AMD ha estado ausente durante la mayor parte de esta década del mundo de los centros de datos, y desde el año pasado está tomando las medidas para reintroducirse con sus procesadores EPYC. La propuesta de AMD es, como en los sobremesa con los Ryzen, ofertar procesadores económicos pero que aporten un alto rendimiento. Si bien los procesadores e Intel son mejores en algunos tipos de cargas de trabajo, para un amplio porcentaje de tareas son los procesadores más competitivos hoy en día.

Qualcomm sigue expandiendo su catálogo de procesadores de gama media, si bien la llegada del Snapdragon 675 deja en suelo mojado a un procesador de gama media-alta como es el Snapdragon 710. La compañía debería revisar la introducción de todas estas versiones que terminan siendo pequeñas mejoras que los modelos en los que se basa, y en esta ocasión es en el Snapdragon 670 anunciado en agosto.

Se avecinan tiempos oscuros para los azules. Al menos, mediáticamente hablando, porque SemiAccurate, una web profesional sobre el mundo de los semiconductores, ha asegurado en un artículo que Intel abandona su proceso de 10 nm. He de decir que la web suele tener fuentes fiables sostenida en un profundo conocimiento técnico de los que la llevan, por lo que sí que habría que tener en cuenta el titular.

Intel está tomando medidas, todas las que puede dentro de sus posibilidades, para hacer frente al desabastecimiento de sus procesadores que han motivado un fuerte aumento en su precio en distribuidora. Ese aumento se sitúa por encima del 50 % en muchos casos respecto al precio al que estaban antes del verano, lo cual solo está beneficiando a AMD. El siguiente paso tomado por Intel es habilitar una nueva fábrica para realizar las últimas fases de la producción de procesadores.

Intel ha procedido a presentar tres procesadores para overclocking como parte de la 9.ª generación, si bien de momento no se espera que haya más modelos en el mercado de ella. Lo particular de estos procesadores es que Intel ha cambiado el uso de pasta térmica como material de interfaz térmica (TIM) por material de soldadura, lo que se considera como mejor opción para tener mejores temperaturas. Y ciertamente se consigue mejorarlas en unos grados, si bien no es lo más óptimo.

Intel anunció a principios de mes los tres primeros procesadores de la 9.ª generación Core, pero es una serie que nace con muchas taras. La primera, que está fabricada a 14 nm cuando tendría que haber llegado a 10 nm. La segunda, que llega en un momento en el que los procesadores de Intel tienen un precio por las nubes, favoreciendo a los Ryzen de AMD. Y la tercera, que su potencia no justifica el cambio de generación.

Samsung sigue demostrando que en lo referente a tecnologías de producción de chips es la principal empresa del mundo, con TSMC quedándose en un muy cercano segundo lugar. La compañía coreana ha anunciado el inicio de la producción de chips a 7 nm de segunda generación, que en este caso pasa a utilizar luz ultravioleta extrema (UVE) para la creación de las obleas de las que se extraen los chips.