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Con la cantidad de rumores que hay estos días sobre los Ryzen 4000 de portátiles, daría casi por hecho que AMD los presente en la Feria de Electrónica de Consumo que se celebrará a principios de enero en Las Vegas (EE. UU.). El nuevo rumor se centra en el Ryzen 7 4700U, un procesador que sería de cuatro núcleos físicos con multihilo funcionando a una frecuencia base de 2 GHz y un turbo de 4.2 GHz, y que aparece en una nueva y supuesta prueba de 3DMark.

Intel ha reforzado en sus últimos años su estrategia de expandirse a nuevos sectores y uno en el que más está apostando es en el de la inteligencia artificial (IA). Eso ha motivado varias de sus compras más reciente, y otras que lo sitúan a la cabeza del sector de FPGS y ASIC como fue la del fabricante de chips Altera. Ahora ha optado por comprar a Habana Labs por 2000 millones de dólares.

Intel no es nueva en lo que a retrasar planes de lanzamiento de procesadores se refiere, y bien lo demuestra todos los problemas que ha tenido con los 14 nm y la transición a los 10 nm —que todavía no han terminado—. Una nueva valla con nombre propio se ha interpuesto en el camino de la compañía en el entorno de los centros de datos, llamada EPYC, y eso habría hecho que Intel retrasara o reformulara su itinerario de desarrollo de procesadores para servidores.

No tengo claro si la siguiente noticia es positiva o negativa, habida cuenta de que GlobalFoundries descarriló en la carrera hasta los 7 nm, dejando vía libre a TSMC. Gary Patton se unió a GlobalFoundries en 2015 como director técnico, estando al cargo del desarrollo de nuevas litografías. Ahora, va a recalar en Intel donde se pondrá al frente de la habilitación de diseños, que es parte de la comprobación de que una tecnología es viable.

Intel está experimentando una transición de mentalidad debido a lo duro que les está pegando AMD con los Ryzen, y eso significa que en la próxima generación de procesadores de sobremesa va a haber grandes cambios de rendimiento por dólar. Todo apunta a un nuevo movimiento de procesadores hacia abajo, y nuevamente llegan rumores de que el Core i5-10600 será un procesador de seis núcleos con multihilo.

Una nueva vulnerabilidad afecta a los procesadores de Intel y lo mejor de ella es el logo. Llamada Plundervolt, ese chip con parche no tiene precio. Lo peor de la vulnerabilidad es que afecta a las claves criptográficas generadas por las extensiones de salvaguarda de programas (SGX) que integran los procesadores de la compañía.

Los avances en procesos litográficos de Intel han sido importantes en los últimos años, aunque no en el número que espera todo el mundo como es el del tamaño de los transistores. En su lugar se ha centrado en compactar aún más los chips, lo cual le ha dado la oportunidad de exprimir los 14 nm al máximo y que siguen compitiendo en potencia con los 7 nm de los Ryzen de AMD.

Una vez que Intel ha asumido que no volverá a tener un 90 % de cuota de mercado de los procesadores de consumo, la compañía se está relajando en el tema de renovarlos. Aunque podrían hacer acto de presencia en el CES de principios de enero, podrían no llegar hasta algún mes después. Ahora mismo los rumores apuntan a abril como el momento en el que llegarían los Comet Lake S a unos majestuosos 14 nm+++ junto a la serie 400 de chipsets, liderados por el Z490.

Se ha hablado mucho de los problemas de fabricación a 14 nm de Intel, o más exactamente de que no cubre la demanda, y eso ha hecho previamente que tomara decisiones como volver a crear ciertos chipsets con un proceso de 22 nm. Sin embargo, la compañía ha optado por paliar la escasez recuperando un procesador para fabricantes de equipos originales con necesidades de procesadores pocos potentes y baratos: recatalogar el Pentium G3420.

Intel ha tenido multitud de problemas en los últimos años para avanzar en sus procesos litográficos, quizás también confiado en que AMD no era competencia. Hasta que llegaron los procesadores Ryzen. Ahora, la compañía lucha por mantener una significativa cuota de mercado, aunque mes a mes cede más terreno a AMD por la incapacidad de la compañía de cubrir la demanda de sus procesadores.