Intel ha perdido el pulso del sector de los centros de datos debido a un exceso de confianza. Pero hace unos pocos años llegaron los EPYC de AMD con una mucho mejor relación de coste-rendimiento y ahora ganan cuota de mercado trimestre a trimestre. La llegada de los procesadores Xeon escalables de 3.ª generación no parece que vaya a motivar un cambio de tendencia a pesar de que suponen un salto importante de rendimiento respecto a la generación anterior.

En un sector donde AMD pone procesadores de 64 núcleos, Intel solo ha conseguido alcanzar los 40 núcleos, y a un coste bastante alto debido a que siguen siendo chips monolíticos pero de arquitectura Ice Lake. El acercamiento a los chíplets de AMD es el ganador, aunque es hacia el que va todo el sector, y no solo Intel, sino también NVIDIA y otras compañías. Pero todo a su tiempo.

El chip que conforman estos nuevos Xeon escalables es grande, beneficiándose del proceso de 10 nm de Intel, que es en algunos aspectos, como el del tamaño, más cercano a los 7 nm de TSMC y por eso no terminan de ser chips excesivamente grandes con 660 mm2. Esos tamaños son más habituales en los chips de tarjetas gráficas tipo Navi 21 o GA102. Intel ha compartido varias imágenes de la oblea y el chip en sí, y podéis ver que no es precisamente pequeño pero tampoco muy grande teniendo en cuenta que la oblea es del tamaño estándar de 30 cm usado en el sector.

El anuncio oficial de estos procesadores llega bastante después de que Intel haya estado enviándolos a sus principales clientes a modo de prueba de uso para limar asperezas para el lanzamiento oficial. De hecho la compañía indica que ya ha enviado más de doscientas mil unidades a sus clientes, y no son de los procesadores baratos, costando algunos hasta 8000 dólares. Exactamente, 8099 dólares por el modelo Xeon 8380 de cuarenta núcleos. Si se mira a AMD, su EPYC de 64 núcleos cuesta 7890 dólares, por lo que el procesador de Intel necesitaría a priori salvar una desventaja de rendimiento multihilo del 37.5 % con unas IPC mayores en sus procesadores.

El listado de procesadores de esta horneada incluye modelos Xeon que parten de los 500 dólares como el Xeon 4309 de ocho núcleos funcionando a 2.8/3.6 GHz con una TDP de 105 W. Esa potencia de diseño térmica alcanza los 270 W en el Xeon Platinum 8380, que es solo 10 W menos que el EPYC 7763 de AMD. En el proceso también se ha aumentado la cantidad de caché de niveles dos y tres siendo de hasta 50 MB y 60 MB respectivamente —los de AMD tienen 256 MB de N3, pero es de un tipo distinto y no hay posibilidad de comparación directa—, se ha incluido 64 canales PCIe 4.0 —frente a los 128 de los EPYC—, puede usar memoria en octacanal de tipo DDR4-3200 y gestiona hasta 4 TB de RAM —como los EPYC de 3.ª generación—.

Esos datos son para un zócalo, y hay que tener en cuenta que es habitual placas de doble zócalo en centros de datos. De hecho estos procesadores, sin demasiadas sorpresas, usan nuevos zócalos debido al tamaño de los chips y a las novedades que traen de conectividad, lo cual lleva a que necesitan una mayor y mejor alimentación.

En cuanto a la arquitectura, hay importantes mejoras en el ancho de banda de memoria efectiva durante un uso real que prácticamente lo duplican frente a la generación anterior. También queda mucho mejor que el EPYC 7763. Hay ligeros aumentos de la latencia de las cachés, esperable con un aumento de su cantidad. Pero a la hora de la verdad el Xeon 8380 se queda a distancia del EPYC 7763 como se puede ver a continuación. Intel todavía tiene que trabajar bastante para recuperar su credibilidad en el sector de los centros de datos, y sobre todo deshacerse de los chips monolíticos que son básicamente el pasado del sector.