Nuevas voces dentro de los gigantes de los semiconductores están apuntando a que la actual escasez de chips va a prolongarse más de lo inicialmente previsto. Algunas compañías son más optimistas, como NVIDIA que cree que a finales de este año o principios del siguiente podrá cubrir la demanda de sus procesadores. Otras lo son bastante menos.

Pat Gelsinger, en una entrevista en el Washington Post, ha dicho que cree que no podrá crear las suficientes fábricas como para cubrir la demanda hasta dentro de un par de años. Hay que tener en cuenta que Intel lleva expandiendo a marchas forzadas su producción desde hace tres años, por lo que muchos de los planes de fábricas que entrarán en servicio en los próximos dos años son proyectos de años anteriores. Otros son más recientes, como los 20 000 M$ para dos fábricas para los 7 nm, pero sitúan a la compañía abriendo esas fábricas al menos en 2024.

En cuanto a TSMC, y coincidiendo con su presentación de resultados del T1 2021, su director ejecutivo C. C. Wei ha realizado una estimación similar a la de Intel, «un par de años». En 2023 espera que se equilibre la oferta y la demanda con la apertura de nuevas fábricas y líneas de producción aunque tiene planeado invertir un total de 100 000 M$ en los próximos tres años para expandir su producción. Cuenta en ellos los 28 000 M$ de varias fábricas que se abrirán entre este año y el próximo, pero aun así eso significa que va a ir a marchas forzadas en el terreno de construir, equipar y probar fábricas por un valor de 72 000 M$ en tres años. Un tiempo que es lo mínimo viable, siempre que sus proveedores, por ejemplo ASML, puedan mantener el ritmo de aumento de producción necesario.