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La realidad virtual pegó muy duro hace un lustro pero fue flor de un año. Tras aparecer todo tipo de apuestas de RV en el mercado, incluidas diversas mochilas-PC con batería para dotar de movilidad al portador, el sector pinchó. No ha sido hasta que han empezado a llegar modelos con pantallas mucho mejores y, sobre todo, autónomas, que el sector no ha empezado a reflotar. Oculus ha tenido un cierto éxito de ventas, estimándose que en 2021 vendió entre 5.3 y 6.8 millones de unidades de sus distintos productos.

Ha llegado el día amigos. Recordad que si un servicio es gratis, el consumidor es el producto. Es algo que prácticamente todos los que usamos la tecnología a diario aceptamos sin problemas; las empresas ofrecen algo a cambio de, principalmente, nuestros datos o de mostrarnos publicidad. Como digo, es algo tan interiorizado en la sociedad de hoy en día que nadie suele quejarse por ello. El problema es cuando las compañías cruzan ciertos límites a modo de prueba, como un niño que juega hasta ver dónde puede saltarse las reglas antes de que sus padres le pillen, y nadie hace nada al respecto.

Oculus ha anunciado el modelo de gafas de realidad virtual Quest 2, un modelo autónomo que integra un procesador Snapdragon XR2 para funcionar sin tener que conectarlas a un PC. La compañía se está volcando en estos modelos, dejando a un lado en el proceso a las Rift —las Rift S se dejarán de vender en 2021—. Aun así, se pueden conectar a un PC para poder disfrutar del contenido desarrollado para estas últimas y que debe ser ejecutado desde el PC al ser contenido gráficamente exigente.

La realidad virtual tuvo un momento de auge unos años, pero el sector se pegó el batacazo en proporción a lo rápido que ascendió. De estar un año sin parar de hablar de la realidad virtual se ha pasado a años en los que casi no se menciona. Quedan un par de competidores fuertes —los que se establecieron en un principio—, pero el resto ha pasado casi a mejor vida. Se sigue sacando algún juego o aplicación para realidad virtual, pero poca cosa. Y no ayuda a tentar a los usuarios a que entren en el sector el hecho de que Oculus VR vaya a obligar a sus usuarios a tener una cuenta de Facebook.

La cancelación del Mobile World Congress que se iba a celebrar en unos días sentó como un jarro de agua fría al sector tecnológico. A la sociedad española aún más porque no había motivo alguno para temer al coronavirus en España, y por tanto se mira a otros motivos como los causantes de la cancelación. En el caso de la Game Developers Conference (GDC) a celebrarse en marzo, hay ya un par de empresas que se han caído de la feria.

Oculus ha tenido su momento de presentaciones durante su conferencia del GDC 2019, y lo más importante que ha desvelado es Rift S, unas nuevas gafas de realidad virtual con lo que se espera de uno de estos dispositivos en 2019. Cambia el diseño de la parte superior para que sea más cómodas de llevar, así como el sistema de ajuste y cierres.

Oculus VR, compañía que pertenece a Facebook, está celebrando sus jornadas Oculus Connect 5, donde en la conferencia inaugural ha presentado Quest. Se trata de unas gafas de realidad virtual autónomas, aunque ahora prefieren el término todo en uno, debido a que integran los sensores de posicionamiento necesarios para dotarlas de seis grados de libertad de movimientos.

Hace un año, Marvel anunció el desarrollo de Powers United VR, un juego para realidad virtual en el que los jugadores podían encarnar a uno de los míticos superhéroes de la compañía. Aunque inicialmente estará limitado a un pequeño número de héroes, irán llegando más con el tiempo. Y para demostrar la apuesta por el juego, ha colaborado con Oculus VR para poner a la venta una versión especial de las Rift que incluye el juego.

Una de las ventajas que plantea el conector USB tipo C son los modos alternativos de funcionamiento, ya que pueden ser los que la industria decida que sean. Los ya asentados son de suministros de hasta 100 W, la transmisión de datos USB 3.1 o Thunderbolt, audio digital, y otros. Ahora se ha añadido un nuevo estándar de la industria de la realidad virtual con la intención de unificar en un solo USB tipo C la señal de vídeo, datos y alimentación de las gafas.

Oculus ha estado trabajando en unas nuevas gafas autónomas de realidad virtual (RV), eliminando de por medio la necesidad de conectarlas a un PC o situar un teléfono en su interior para usarlas. Este modelo, llamado Go, es además una apuesta por proporcionar RV a lo barato ya que cuesta 219 euros. No dispone de tanta potencia gráfica como las Rift ya que estas depende de la tarjeta gráfica de un PC, por lo que se podrán usar en contenido más modestos o no tan gráficamente intensos.