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Uno de los aspectos de la política actual de precios de AMD es que está decidida a competir en calidad, no en precio. Así lo anuncio su directora ejecutiva hace unos meses, y desde entonces el lanzamiento de las gráficas de alto rendimiento basadas en el chip Fiji no han tenido la acogida esperada entre los jugones.

AMD va a tener un año movidito teniendo en cuenta que tiene que tiene que renovar todas sus líneas de productos. Eso implica que habrá nuevos procesadores de sobremesa, nuevas APU y procesadores para equipos de bajo coste (el chipset AM1), que actualmente están repartidas en el uso de tres tipos de placas diferentes.

Este año es el año en que las dos grandes compañías de tarjetas gráficas, Nvidia y AMD, van a cambiar a un nodo de fabricación a 14 nm. Los cambios en tamaño de los transistores lleva a reducciones de consumo, pero también de espacio libre en la planta de los chips que se rellena con más transistores (si quieren las empresas) y por tanto aumentan considerablemente su potencia y prestaciones.

AMD tiene un 2016 bastante complicado por delante. Si bien la división de tarjetas gráficas no va tan mal como parece, la de procesadores ha cedido casi todo el terreno a Intel. Sólo le salva en realidad las buenas ventas de las consolas de la actual generación, PS4 y Xbox One, que utilizan el chip Jaguar de la compañía.

AMD se ha dejado un producto en la recámara en este 2015, y se trata de una de sus habituales tarjetas gráficas de doble GPU, y que tiene que sustituir a la Radeon R9 295x2 (que sigue superando en rendimiento a todas las gráficas de consumo, pero fue descatalogada rápidamente tras llegar las Fury; por qué sería).

AMD anunció recientemente que iba a usar a su socio habitual GLOBALFOUNDRIES (su antigua división de fabricación de chips) para fabricar los próximos chips de la compañía a 14 nm, con un proceso FinFET LPP (Low Power Plus), que es la segunda generación del proceso 14 nm FinFET.

Con la llegada de los nuevos controladores Crimson para las tarjetas gráficas de AMD, también llegó un nuevo software para controlar todos los parámetros de las tarjetas. Como en cualquier programa, a AMD se le han escapado diversos fallos que solucionó con un parche rápido, y por tanto carente de la certificación WHQL.

Hasta el momento el panorama de los controladores gráficos para Linux es desalentador, incluso teniendo en cuenta que estamos en 2015, y el sistema operativo lleva ya unos años con distribuciones buenas para usuarios domésticos como Linux Mint, o la más popular Ubuntu. Aun así, sólo Nvidia estaba dando señales de querer dar (algo de) soporte a sus gráfica bajo Linux.

AMD ha puesto a la venta un nuevo refrito de uno de sus procesadores, quizás de manera innecesaria, pero que alarga un poco más la vida de la actual serie FX de procesadores de sobremesa de la compañía. Se trata del FX-6330, y cuenta con ligeras modificaciones de frecuencias con respecto al FX-6300.

Por la forma en la que se fabrican los procesadores de cualquier tipo, cuando se cortan de las obleas en las que se fabrican se les hace pasar por un proceso de cribado para determinar su potencial. En el caso de las R9 Fury, R9 Fury X y R9 Nano, los chips de la GPU pueden proceder de las mismas obleas, pero en el proceso de fotolitografía con el que se crean puede resultar que algún transistor de algún bloque resulta dañado.