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Hace ya unos meses que Windows 11 empezó su andadura oficial pero no han dejado de encontrarse fallos desde entonces. Algunos han tenido que ver con el funcionamiento en juegos, incluidos algunos específicos con los Ryzen, pero se han ido solucionando. Hasta ahora había pasado casi desapercibido uno con el modo de alto rango dinámico (HDR) del sistema operativo que cambia el color blanco por amarillo.

Puede que la encuesta de hardware de Steam no sea la más fiable del planeta pero al menos muestra ciertas tendencias entre los usuarios de la plataforma. Con el lanzamiento el pasado octubre de Windows 11 resulta interesante saber cuánta gente se ha actualizado ya. Aunque Microsoft se encargará de dar una cifra más exacta cuando supere algún hito —que parece que aún no ha superado—, ya hay un 8.3 % de equipos con Steam instalado que usan Windows 11.

Las agencias que supervisan la competencia en la Unión Europea han sido puestas sobre alerta por la inclusión de OneDrive en Windows. Varias compañías han registrado una queja en Alemania y también frente a la Comisión Europea debido a la creciente cuota de mercado que tiene OneDrive en el sector de los almacenamientos en la nube, lo cual lo sitúa en una posición de abuso de posición privilegiada. O sea, usar un producto altamente usado como es Windows para posicionar de manera preferente un producto no relacionado como es OneDrive.

Microsoft hizo un cambio curioso en Windows 11 al pasar el color de las pantallas de error del azul al negro. Quizás no sea lo más preocupante de la lista de problemas que arrastra Windows 11 en estos dos meses de existencia, pero Microsoft finalmente ha dado marcha atrás y los pantallazos azules volverán a ser… azules. Así se refleja, entre otros cambios, en la actualización acumulativa KB5007262 de Windows 11 distribuida por Microsoft.

Algunos dicen que el futuro del PC pasa por la arquitectura ARM para los procesadores, y visto el nivel de potencia por vatio al que llega el procesador M1 Max de Apple puede que tengan razón. Pero como en eso tanto AMD como Intel tienen mucho que decir, lo importante sería que más procesadores ARM pudieran ejecutar Windows para expandirlos como opciones viables. Por ejemplo, para modelos económicos. Microsoft no ha comentado nunca por qué no está trabajando en la compatibilidad con otros procesadores que no sean los de Qualcomm, pero la respuesta estaría en un acuerdo de exclusividad.

Microsoft ha intentado imprimirle más dinamismo a Windows 10 distribuyendo actualizaciones semestrales. Eso ha llevado a quebraderos de cabeza, como retrasos en la distribución, problemas de última hora o características nuevas que finalmente se han pospuesto a versiones posteriores. Con Windows 11 la compañía ha optado por actualizaciones anuales como hacen otros sistemas operativos como Android, iOS o macOS, que parece más razonable para innovar en el sistema operativo. Ahora Microsoft ha anunciado que hará lo mismo con Windows 10, el cual recibirá una actualización mayor anualmente.

Si eres un usuario de Linux y quieres comprar un Core de 12.ª generación (Alder Lake), igual te interesa esperarte un poco a que el sistema operativo se actualice. La nueva arquitectura de procesadores de Intel incluye dos clústeres de núcleos con distinta potencia, pero de momento el planificador de hilos de Linux no es consciente de la diferencia en los núcleos E y los P. De esta forma, al generarse cargas de trabajo, las distribuye pensando que es lo mismo asignarlos a los P que a los E, y por el azar el rendimiento puede verse mermado.

Una nueva tableta va a llegar al mercado pero en esta ocasión con pantalla OLED. Es la Vivobook 13 Slate OLED de ASUS, con la cual se incluye una funda-teclado y un Pen 2.0. La tableta en sí tiene un tamaño de 309.9 mm × 190 mm × 8.2 mm y pesa 800 g. La pantalla es de 33.7 cm (13.3 in) con 1920 × 1080 píxeles, certificado DisplayHDR True Black 500. Cubre el 100 % de la escala de color DCI-P3, y alcanza un brillo de 550 nits de pico.

El lanzamiento de Windows 11 trajo problemas con los procesadores de AMD, que curiosamente pasaron inadvertidos durante el desarrollo. Resulta chocante que una pérdida de hasta el 15 % del rendimiento en juegos no fuera detectado hasta pasado el 4 de octubre, momento en el que se distribuyó la actualización a Windows 11. Sea como sea, uno de los problemas que había con la elección del núcleo preferente ha sido solucionada por AMD y Microsoft ha hecho lo propio con los problemas con la caché de nivel 3 de los Ryzen.

La llegada de Windows 11 ha tenido como efecto colateral que un fallo pasara curiosamente inadvertido impactando al rendimiento de los procesadores Ryzen. Uno afecta a la caché de nivel 3 de los procesadores, reduciendo potencialmente el rendimiento en juegos y en aplicaciones hasta un 15 %, y el otro hace referencia al núcleo preferente de los procesadores. Este último es el primero que ha solucionado AMD.