Windows 11 llegó en octubre con diversos fallos que había que ir solucionando, nada realmente grave para la mayoría de usuarios, y uno de ellos tenía que ver con la velocidad del almacenamiento. Este fallo podía degradar la velocidad máxima de escritura aleatoria de las unidades, que en las más rápidas se notaría menos que en las más lentas. Finalmente parece que se ha solucionado el problema con el parche KB5008353 distribuido hace unos días.

Ahora las unidades de almacenamiento estarían nuevamente funcionando tan rápidas como en Windows 10, por lo que Microsoft cierra otro de los problemas que arrastra la última versión de su sistema operativo. El parche mencionado anteriormente también corrige multitud de otros fallos, desde Bluetooth hasta cuelgues en sistemas multimonitor por lo que es bastante recomendable instalarlo.

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Vía: Tom's Hardware.