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La cantidad de rumores que hay estos días prenavideños sobre los Ryzen 3000 parecen vaticinar que sí podrían estar cerca de ser presentados, y más concretamente en el CES 2019 de principios de enero. Al menos algunos modelos. Tras una información que apuntaba a la alineación y características de estos Ryzen 3000, ahora ha aparecido otra que sería el listado proporcionado a fabricantes de equipos originales (OEM).

La próxima entrega del Consumer Electronics Show (CES) que se celebrará en Las Vegas a principios de enero puede traer grandes sorpresas. Será la primera vez que AMD celebra una de las conferencias principales, en la que podría presentar novedades de los procesadores Ryzen y sus tarjetas gráficas Radeon. Luego ya se verá qué presenta realmente, porque suele dar detalles muy de poco en poco. Pero ahora llegan rumores de que va a sacar toda la artillería en la guerra de los núcleos que libra con Intel en el terreno de los procesadores de sobremesa.

Qualcomm está inmersa en su encuentro anual de tecnología, y como ocurriera el año pasado, ha anunciado su próximo procesador de gama alta: el Snapdragon 855. Ha entrado a detallarlo por encima, las características principales que va a tener, dejando para el segundo día de las jornadas el entrar en los detalles técnicos de este sistema en chip (SoC). Pero como era de esperar, ha puesto especial atención en el nuevo módem integrado que permitirá usar conectividad 5G, el sucesor del 4G LTE.

AMD cuenta con un fuerte rival en la parte baja del sector de los procesadores, el Athlon 200GE, pero su frecuencia de funcionamiento no era modificable. Al menos en principio, porque se ha comprobado que en realidad la limitación la impone el BIOS de las placas base y no nada propio del procesador. Este procesador puede subirse hasta los 3.9 GHz en ciertas placas base de MSI, cuya BIOS sí acepta toquetear los multiplicadores de funcionamiento del procesador.

Intel está estancado en los 14 nm desde hace un lustro, y eso implica que los límites térmicos de sus procesadores están rozando el límite, aunque le queden algunos trucos. Para bajar las temperaturas, en los últimos procesadores K —para subir frecuencias— de 9.ª generación llegan con el dispersor térmico soldado al propio chip. Es algo que AMD usa por defecto en la mayoría de los Ryzen de sobremesa —salvo las APU—, y puede que copie otro aspecto de estos: no incluir una unidad gráfica integrada (iGPU).

Una de las novedades de la actualización de octubre de Windows, mirando más allá de la cantidad de problemas que le ha dado a Microsoft, es la inclusión de una nueva forma de desarrollar controladores para los distintos elementos de un equipo llamada controladores modernos de Windows o controladores universales de Windows (UWD). Con ellos se desliga su desarrollo de las modificaciones que hagan terceros, por lo que se pueden certificar una única vez para cualquier versión modificada. Intel ha apoyado la iniciativa con sus controladores gráficos desarrollados con UWD.

La próxima llegada de los procesadores EPYC 2, los primeros con núcleos de arquitectura Zen 2, será la antesala de lo que llegará al sector generalista con los Ryzen 3000. Ya avisé previamente a que anunciaran los EPYC 2 que se debía estar preparado para que alguno de ellos alcanzara los 16 núcleos físicos en vez de los 8 núcleos físicos máximos de los Ryzen 2000, y el uso de un chip controlador en los EPYC 2 para gestionar hasta 64 núcleos físicos en un mismo procesador hace que cobre fuerza esta teoría.

Por ahora solo hay un puñado de procesadores de 9.ª generación en el mercado, y parece que Intel va a renovar los de portátiles en breve. Al menos según la publicación de las especificaciones de un nuevo modelo de portátil de Lenovo, el IdeaPad S530-13IWL, en el que se referencia a tres de estos procesadores aún sin anunciar.

El mundo de la rumorología tiene la mirada puesta en Intel y sus proceso de fabricación a 10 nm, así como en los futuros procesadores de AMD, porque 2019 podría consolidar a AMD en el sector desde 2011 en la que no hizo más que perder cuota de mercado. Una mala decisión con los núcleos Bulldozer donde, vaticinando que la cantidad sería más importante que la potencia, AMD se quedó muy atrás en potencia mononúcleo y eso favoreció a Intel. Pero desde el año pasado AMD no ha hecho más que ganar terreno, si bien le falta un empujoncito para consolidarse en la mente del consumidor que no sabe de tecnología.

Intel está pasando por un momento en el que el retraso de la producción de chips a 10 nm —pese a tener muchas fábricas ya adaptadas a este proceso— y el un aumento de la demanda de procesadores para centros de datos y sector PC han hecho que sea incapaz de cubrir esa demanda. La compañía lo confirmó oficialmente hace un par de meses, y también su intención de priorizar la producción de los procesadores Xeon y Core ya que son los que más margen de beneficios le dejan.