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Hay un nuevo y curioso parámetro que están dando las compañías a la hora de adquirir inteligencia artificial como es el gigavatio. No se habla de rendimiento de las aceleradoras en TOPS ni nada similar. Las grandes compañías hablan en energía para referirse a sus grandes contratos porque, bueno, es una moneda mucho más importante en la carrera por la inteligencia artificial, y en Occidente no nos sobra por una serie de decisiones ideológicas de los políticos. Así que ahora que está Trump en EUA, OpenAI ha llamado al Gobierno a que invierta más en centrales energéticas. Y no poco.

Las distintas sanciones de Occidente a los que no se someten a sus designios están forzando a un nuevo telón de acero, otra vez con dos bloques claros. El problema es que Occidente, o más bien EUA como principal promotor de ello, ha subestimado la capacidad china de respuesta. Las continuas sanciones a China en semiconductores solo han retrasado un poco su desarrollo, pero han espoleado la consecución de la autosuficiencia del país en este sector. El nuevo plan a cinco años de China se pone, entre otros objetivos, la autosuficiencia en este sector para 2030.

EUA inició hace unos años un bloqueo de ventas de maquinaria litográfica a China que ha terminado en una prohibición casi total de la maquinaria para fabricar a 22 nm o menos. Eso fue en los últimos dos años, a lo cual China respondió con un control creciente de las exportaciones de tierras raras, que en algunas específicas controla más del 90 % de la producción y refinado global. Ahora lo ha expandido con una prohibición tácita de la venta de productos que los usen para evitar que los productos derivados terminen en países occidentales como EUA.

Cuando EUA empezó la escalada de vetos a la venta a China de aceleradoras para IA lo que generó en el país asiático es una carrera contrarreloj por mejorar sus tecnologías propias de producción de chips, IA y otras necesarias para dar cobertura a sus centros de datos. El plan de China avanza con paso firme, y como he dicho muchas veces, si un chip chino de IA tiene la cuarta parte de la potencia de un chip occidental, lo único que tiene que hacer China es crear cuatro veces más centros de datos que en Occidente. Así que de eso va la última inversión de China.

Las sanciones de EUA a China en el terreno de los semiconductores no han tenido el efecto esperado por las administraciones de Biden y Trump, porque empezaron en el primer mandato del presidente naranja. No tiene desperdicio el episodio de South Park en el que se meten con él. Las sanciones pusieron trabas a corto plazo a la producción de chips para China, pero a medio plazo han hecho que la industria de semiconductores china haya avanzado en cinco años lo que hubieran necesitado quince en una situación normal. Y de ello se ha beneficiado la producción local de GPU.

Las sanciones occidentales a países fuera de su ámbito jamás han servido de algo porque, bueno, hoy en día Occidente es el 17 % de la población y lo tienen fácil para escapar de ellas. Además que, cuando esas sanciones se centran en países que son potencias económicas mundiales como China o Rusia, la posibilidad de que tengan algún efecto son nulas. De hecho cuando se aplican sanciones a China o Rusia los que sufrimos los efectos somos los ciudadanos de a pie de Occidente como lo ha demostrado el 30 % de inflación en Occidente por los últimos tres años de sanciones a Rusia que solo ha beneficiado a los ricos de Occidente. Y cuando se habla de sanciones a la producción de chips a China, lo que se ha conseguido es acelerar enormemente su producción doméstica y su I+D.

En una de esas noticias rarunas del verano, NVIDIA y AMD habrían encontrado la forma de salvar los crecientes escollos a las ventas a China, incluso de sus aceleradoras menos potentes y diseñadas específicamente para saltarse las restricciones comerciales impuestas por Biden y continuadas por Trump. Como todo con el inquilino de la Casa Blanca, todo pasaría por untarle con un 15 % de los ingresos procedentes de las ventas a China.

Huawei tiene una enorme red de empresas pantalla con la que está llevando a China el material que tiene prohibido comprar directamente a empresas estadounidenses o que usen tecnología estadounidense. Con ellas consiguió que TSMC fabricara dos millones de chips para inteligencia artificial, y no le ha sentado nada bien al gobierno de los EUA, y tampoco al de Taiwán. Aunque la multa a TSMC es pequeña, Taiwán quiere evitar que vuelva a ocurrir con lo que ha prohibido totalmente la venta de chips a SMIC y Huawei, incluso aquellos que no estaban sujetos a sanciones.

La guerra de los semiconductores desatada por EUA para tener dominada a China le ha salido bastante mal porque lo único que ha conseguido es que la industria china esté a una década o menos de su independencia. Lo que más necesita es maquinaria puntera para producir chips, pero también el software para realizar los diseños de chips. Huawei tiene en funcionamiento desde el año pasado escáneres para producir a 14 nm, y ahora se asegura que también dispone de herramientas de automatización de diseño electrónico (EDA) para hacer los diseños de chips.

EUA no frena sus prohibiciones de comercio con China, recrudecido durante la época de Biden —o quien fuera que dirgiera el país, porque claramente no era él—, y ahora nuevamente por Trump. El aspecto en el que ha puesto el foco los asesores de Trump es en los programas de automatización de diseño electrónico (EDA), que ahora ha prohibido totalmente su venta a empresas chinas. Afecta principalmente a las dos mayores empresas del sector, Cadence y Synopsys, y esta última ha decidido cancelar su previsión para el actual año fiscal hasta que reevalúen el impacto.