Biden ha ido imponiendo sanción tras sanción a China y Rusia con la idea de que en esos países son idiotas y que serían incapaces de reorientar su economía. Pero mientras sigo esperando que la economía rusa se hunda —que no ha ocurrido, sino todo lo contrario—, la China ha tomado medidas de represalia tras reajustar su economía interna en los últimos cuatro años. Hace dos años empezó a controlar la exportación de ciertas tierras raras, el año pasado más junto con otros metales, aleaciones y productos químicos, y desde este se han sumado más tierras raras. Ahora ha decidido que directamente no va a exportar nada.

Son malas noticias porque las tierras raras se necesitan para la producción de semiconductores y China produce más del setenta por ciento de las tierras raras a nivel mundial, pero además procesa el 90 % de las mismas. Como siempre digo, el procesamiento es super dañino para el medioambiente y allí no es que las leyes medioambientales sean menos exigentes que en Occidente, porque en la práctica lo son más, sino que el Gobierno es capaz de hacer que se cumplan también a través de incentivos para que busquen soluciones más limpias de procesado. Un acercamiento totalmente distinto al occidental que se basa en prohibir el procesamiento de las tierras raras, y punto.

Así que Occidente y los países satélite de EUA están ahora mismo con lo que tengan en los almacenes, lo cual son existencias para unos pocos meses. Después, si China no cambia de opinión tras negociar con EUA, toda la electrónica va a subir de precio. Las tierras raras se usan para mejorar las características de infinidad de productos, como auriculares o televisores, pero también se usan para producir chips, que es lo que más va a doler como no se llegue a una tregua en esta guerra comercial iniciada por EUA hace años, recrudecida por Trump-Biden-Trump, y de la que estamos saliendo todos perdiendo.

Vía: TechSpot.