EE. UU. sigue empeñada en espolear la producción de chips en China con los vetos y restricciones a la inversión que está poniendo. La ley CHIPS y Ciencia aprobada por Biden prohíbe la inversión en China durante diez años a aquellas empresas que reciban fondos. Lo cual no va a incentivar que las multinacionales de fuera de EE. UU. soliciten acceso a estos fondos. Los costes de producción en el país son mucho más altos que en China o el sudeste asiático en general.

La ley prohíbe incluso invertir en mejorar o expandir las actuales fábricas que tengan en China las compañías que soliciten fondos, lo cual hace que Samsung, SK Hynix o TSMC se lo tengan que pensar muchísimo a la hora de acceder a la ley CHIPS. Lo que va a hacer de hecho es desincentivar la solicitud a estos fondos. Solo a aquellas fundiciones que no tengan fábricas en China les saldrá rentable.

Le previsión de TrendForce es que, si las compañías piden fondos de la ley CHIPS, la producción de chips en China va a irse reduciendo en los próximos años. Por ejemplo, la producción de obleas de 30 cm de TSMC en China pasaría del 7.5 % actual al 7.2 % en 2025. La producción de memoria también pasaría del 31 % actual al 18 %, si bien la única importante que produce en el país es SK Hynix, ya que YMTC se ha visto totalmente perjudicada por las restricciones.

Pero mientras EE. UU. toma estas medidas, China no está quieta dentro del marco Hecho en China 2025, que está propiciando por ejemplo que Huawei ya tenga maquinaria propia para fabricar a 14 nm, con previsiones de que en un par de años puedan producir por debajo de los 10 nm con maquinaria hecha en China. Tanto Trump como Biden están espoleando el desarrollo de la industria china de los chips, que es lo contrario de lo que querían conseguir. De hecho, Biden quiere ahora prohibir que se venda a China la maquinaria para producir chips a 28 nm, lo cual afectará a TSMC y fundiciones chinas como SMIC.

Vía: Tom's Hardware.