Siempre que hay una actualización mayor de Windows hay que ir con pies de plomo. Muchos corren a actualizar su equipo por ser los primeros en probar las novedades, pero lo mejor que se puede hacer es esperar al menos una semana para que surjan todos los problemas no detectados. Sobre todo si es en programas de tercero, como ha ocurrido con los controladores de las tarjetas gráficas de NVIDIA.

La actualización de los GeForce ha estado produciendo en los últimos días problemas de tiros, tasa de fotogramas inconsistente, ralentizaciones, y todo ello en equipos en los que las GeForce iban perfectamente bien hasta entonces. Incluso en un 12700K y una RTX 3080. NVIDIA confirmó el fallo, debiéndose a nuevas opciones de depuración de Windows 11 que estaban activadas por defecto por error en los controladores.

Una vez eliminadas esas opciones, NVIDIA va a distribuir una solución en la próxima versión mayor de los controladores, pero de momento ya está disponible a través de la opción de probar características experimentales de GeForce Experience, en las opciones del programa.

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Vía: Ars Technica.