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Las empresas tecnológicas llevan unos años con el postureo medioambiental de alcanzar las cero emisiones de CO₂ para 2030, por aquello de cumplir con la Agenda 2030 de la ONU, pero a la hora de hacer dinero han preferido dejarlo aparcado. Después de estar dando la matraca mañana, tarde y noche con ello, prefieren no cumplirlo a perder dinero por la fiebre de la inteligencia artificial. Así que Google ha indicado que lejos de reducir sus emisiones de CO₂ las ha aumentado un 48 % en los últimos cinco años.

Los gobiernos de distintos países están poniendo el punto de mira en la reparabilidad de los productos electrónicos para reducir los residuos electrónicos. Microsoft se sube al carro de compañías como Apple que han empezado a ofrecer todo tipo de repuestos oficiales para sus productos, aunque empieza con los del mando de Xbox, que es el que más desgaste sufre. A partir de ahora se pueden comprar, de momento en EUA, en la web de la compañía.

Hace unas semanas el Parlamento Europeo aprobó un proyecto de ley por el que se iba a obligar a los fabricantes de pequeña electrónica a que las baterías fueran fácilmente reemplazables por el usuario. Pero como el Parlamento ni trincha ni corta en realidad, solo llega a ser ley a nivel de la UE si la Comisión Europea posteriormente da el visto bueno. O sea, el grupo de los 27 tienen que dar su visto bueno por unanimidad. Así ha sido ahora, por lo que la ley para mejorar la sustitución de las baterías ya es una ley de la Unión Europea.

El Parlamento Europeo sigue revisando sus normativas sobre productos electrónicos para hacer que los productos de este sector sean más reutilizables. Entre las medidas que se han tomado en los últimos años están el uso exclusivo del conector USB tipo C para evitar los residuos electrónicos de cables y cargadores propietarios, u obligar a que los fabricantes ofrezcan piezas de repuesto durante diez años tras poner a la venta el producto, entre otros. Ahora va a tomar medidas sobre las baterías de los dispositivos electrónicos que puede forzar a rediseñar los teléfonos inteligentes.

Las empresas tecnológicas occidentales están buscando formas de reducir su dependencia de países como China para proporcionarles ciertos metales, y el cadmio es uno de ellos. Debido a lo altamente tóxico y dañino para el medioambiente que es su obtención como producto secundario del procesamiento del cinc, plomo o cobre, se está intentando reducir su uso. Canon ha buscado eso al desarrollar tintas para paneles de punto cuántico libres de cadmio, el principal metal que usa para ellas.

La búsqueda de nuevos combustibles para los vehículos de gran tamaño puede pasar por los que reaprovechan el CO₂ para su funcionamiento. Al menos el Ministerio de Defensa estadounidense cree que así puede ser ya que ha inyectado 65 millones de dólares en una joven empresa llamada Air Company dedicada a un tipo de combustible sostenible para aviación basado en el CO₂ producido por la fermentación industrial del maíz, al menos inicialmente.

Las compañías tecnológicas están revisando sus cadenas de producción para reducir al mínimo su impacto en el medioambiente. Es algo que algunas como Apple están a punto de llevar a cero, pero otras tienen mucho trabajo por delante. Mientras tanto, la Unión Europea y algunos países están revisando las normas sobre residuos electrónicos lo que obliga a que aumente la vida útil de la electrónica. Dell apuesta por eso mismo con el concepto Luna, un portátil modular y reutilizable, fácil de desmontar y de actualizar.

El mayor problema para retener un móvil Android sigue siendo el escaso interés de los fabricantes por actualizar sus dispositivos. Eso crea enormes agujeros de seguridad en la mayor parte de los teléfonos inteligentes que se usan actualmente, pero también tiene efectos sobre el medioambiente. Por eso la Unión Europea está estudiando obligar a los fabricantes a que actualicen sus móviles, tabletas y otros productos similares durante cinco años.

Las compañías tecnológicas están en un proceso de repensar los procesos de fabricación de sus dispositivos, pero solo unas pocas realmente tienen algún equipo para los ecologistas del mundo tecnológico. El portátil Aspire Vero de Acer es uno de esos productos. A pesar de que su diseño no llamará tanto la atención al usar plástico reciclado para la carcasa, tiene una buena potencia para el día a día. Es una de las diversas apuestas por la sostenibilidad que ha hecho la compañía en los últimos años.

Las compañías tecnológicas han optado en los últimos años por crear sedes a su medida en lugar de optar por edificios ya construidos, sobre todo con la idea de tener edificios más sostenibles. Google finalmente ha abierto su sede de Bay View, la cual está en el primer campus construido por la compañía. La construcción ha llevado cinco años debido a lo especial de su diseño.