Etiqueta: Inteligencia artificial

Apple no es ajena a la revolución que ha supuesto ChatGPT y la más reciente Bard, las inteligencias artificiales generativas más avanzadas del planeta. Ha prohibido su uso a sus empleados y se rumoreaba que estaba desarrollando su versión de un modelo grande de lenguaje (LLM) para integrarlo en sus productos. Se ve reforzado por una tanda de unas 175 ofertas de trabajo que ha publicado la compañía en los sectores de la inteligencia artificial de manera general y del aprendizaje profundo en particular.

El diseño de chips asistido por inteligencia artificial es una necesidad en el sector debido a la creciente complejidad de los chips. Una de las más populares está DSO.ai de Synopsys, aunque no es que haya muchas más que usen IA. La de Cadence, llamada Cerebrus, va ligeramente por delante en el sector, aunque dentro del campos de la automatización del diseño electrónico ambas compañías tienen clientes importantes y están haciendo los mismos progresos. Aun así, Synopsys ha anunciado que su herramienta ya ha ayudado a diseñar más de doscientos chips y a llevarlos a fotolitos.

Las actuales inteligencias artificiales generativas como ChatGPT y Bard son una gran ayuda al trabajo de los programadores y de otros puestos de cualquier empresa, pero la información que procesan se lleva a los servidores de OpenAI y Google. Eso significa que se corre el riesgo de filtrar información confidencial si le pides que te corrija un texto o un trozo de código, como le ha ocurrido a Samsung desde principios de año, tras lo cual ha prohibido el uso de estas IA. Ahora es Apple la que da el paso de prohibirlas a todos sus empleados.

Nadie sabe a ciencia cierta los problemas que van a acarrear las inteligencias artificiales avanzadas que empezaron a llegar hace apenas seis meses, pero incluso sus creadores están pidiendo que se regulen. Los que no piden que se regulen son los que no entienden su potencial dañino pero sí ven los pingües beneficios que les va a proporcionar De ello ha hablado Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI y creador de ChatGPT, en una comparecencia ante el subcomité judicial del Senado de los EUA.

Google ha conseguido que Bard recorte distancias con respecto a ChatGPT a través de su nuevo modelo de lenguaje PaLM 2, pero hay otras preocupaciones más inmediatas que tratar. Con la sombra de la legislación específica que se aprobará próximamente en la Unión Europea, Google va a tomar medidas para combatir los bulos creadores por IA, lo cual pasa por etiquetar adecuadamente aquellas imágenes generadas por inteligencia artificial que aparecen en los resultados de búsqueda.

Microsoft no quiere ni oír hablar de regular las inteligencias artificiales porque está invirtiendo mucho dinero y tiempo en OpenAI y ChatGPT como el futuro de su negocio y su buscador Bing. Por eso tampoco es extraño que Michael Schwarz, director económico de Microsoft, haya dicho que no hay que regular el tema de las inteligencias artificiales hasta que no provoquen un «daño significativo», para luego hacer una analogía con el inicio de los automóviles: no se regularon hasta que no hubo miles de muertos. Esa analogía deja claro que este directivo de Microsoft no quiere que se regulen hasta que no muera mucha gente, y luego ya veremos.

Tras el fin de la criptoburbuja a mediados del año pasado, los mineros se han encontrado con millones de tarjetas gráficas que no sirven de casi nada. Se han visto hundidos por el cambio de la red Ethereum a un protocolo basado en la prueba de apuesta en lugar de prueba de trabajo, y por tanto no dependiendo de resolver cálculos sino de simplemente tener apostado dinero en la red para que genere beneficios (o no) a medida que se confirman transacciones. Pero las minas de tarjetas gráficas han visto en la inteligencia artificial la mejor forma de perfilar ingresos.

El avance en inteligencia artificial está siendo tan rápido que realmente los investigadores no hay tenido tiempo de saber realmente cómo funcionan las redes neuronales que están creando. Lo cual se puede resumir a que están funcionando de pura suerte en base a la teoría y sin saber bien cómo funcionan en la práctica. Un artículo publicado por OpenAI, la creadora de la red neuronal GPT-4 usada en ChatGPT y la versión de IA de Bing. Las redes neuronales son actualmente una caja negra para los investigadores, que funciona porque le preguntas cosas y te da respuestas, pero no se sabe cómo funcionan internamente o cómo llegan a las decisiones que lleguan.

Google quería hacer un desarrollo de su inteligencia artificial generativa de manera pausada, pero GPT-3.5, la red neuronal que puso a ChatGPT en el foco de las noticias el pasado noviembre, ha hecho que acelere sus planes. Bard es la IA de Google, la cual se basa en la red neuronal PaLM, que no es tan buena como el actual GPT-4. Ahora llega una segunda versión de PaLM con la que Google promete una mejora enorme de Bard, lo cual podría situarla a la altura de ChatGPT.

La enorme evolución que han experimentado las inteligencias artificiales en los últimos seis meses está haciendo que los gobiernos pisen el acelerador para legislar sobre ellas. Es una necesidad porque hay un principio legal que dice que está permitido todo aquello que no está expresamente prohibido. Por tanto, sin una ley que se aplique a todos los aspectos de las IA hace que muchos de sus conceptos sean legales aunque puedan ser muy dañinos. Por eso el Parlamento Europeo ha pisado el acelerador respecto al borrador de la Ley de Inteligencia Artificial, en desarrollo desde 2021.