En septiembre de 2020 una bomba estalló en el mundo de los videojuegos, con resultados opuestos dependiendo de si tenías una Xbox o una PlayStation. Microsoft anunciaba que había cerrado un trato para la compra de ZeniMax Media, y con ella el estudio de desarrollo Bethesda Softworks y todas las franquicias que le pertenecen: The Elder Scrolls, Fallout, Wolfenstein, DOOM, Dishonored, Quake o Starfield entre muchos otras. Pero como todas las compras de estas dimensiones, las cosas no son tan fáciles como firmar el talón.

Normalmente estas adquisiciones tienen que pasar por ciertos órganos de gobierno de todo el mundo para comprobar que se cumplen todas las reglas, entre ellas las de competencia, y que se autorice la compra. En este caso ambas compañías estaban a la espera de que la Comisión Europea validara la compra, hecho que sucedió el pasado día cinco de marzo, por lo que oficialmente Bethesda ahora pertenece a Microsoft con todas las de la ley.

¿Y esto en qué nos afecta a los jugadores? Como he dicho al principio, afecta en función de la plataforma que tengas en casa. Con una Xbox deberías dar saltos de alegría, pero con una PlayStation deberías andar con ojo, porque en el comunicado que ha lanzado Microsoft confirmando la compra, ha afirmado que «los jugadores deben saber que las consolas Xbox, PC y Game Pass serán el mejor lugar para experimentar los nuevos juegos de Bethesda, incluidos algunos títulos nuevos en el futuro que serán exclusivos para jugadores de Xbox y PC».

Esto significa que puede que haya grandes juegos del estudio que no lleguen a PlayStation, ¿The Elder Scrolls 6?, aún es pronto para saber qué juegos se quedarán sin ver la luz en la consola de Sony. Mientras esperamos, Microsoft también ha confirmado que multitud de títulos del Bethesda llegarán en las próximas semanas a Xbox Game Pass, así que si eres suscriptor aprovecha y disfruta de las maravillas de este estudio de desarrollo.

Vídeo

Fuente: Web oficial de Xbox.