La presión sobre China por las restricciones estadounidenses sobre la exportación de chips está generando efectos colaterales en otros mercados. Uno de ellos es el de Malasia, que ha registrado un aumento sin precedentes en las importaciones de tarjetas gráficas y aceleradoras en lo que va de año. Según datos de la Administración de Comercio Internacional de Taiwán, el valor de estas importaciones alcanzó los 2740 millones de dólares solo en abril, lo que supone un incremento del 3400 % interanual.
En total, entre enero y abril las exportaciones de GPU desde Taiwán a Malasia han superado los 6450 millones de dólares, una cifra que ya supera con creces la registrada durante todo 2024. El patrón se repite también en los envíos de sistemas informáticos, que en marzo crecieron un 366 % respecto al mismo mes del año anterior, y más de un 55 000 % si se compara con marzo de 2023.
La sospecha es clara: parte de este volumen podría estar siendo redirigido a China para eludir las sanciones impuestas por EUA que prohíben la exportación de tarjetas gráficas de alta potencia, especialmente las utilizadas en centros de datos. Washington ha instado a las autoridades malayas a vigilar más de cerca este tipo de importaciones ante la posibilidad de que Malasia esté sirviendo como país de tránsito hacia China.
El Gobierno malayo ya ha creado un grupo de trabajo específico para vigilar el destino de las GPU importadas y para controlar su uso, especialmente en centros de datos, para asegurar que no acaban saliendo del país. Las medidas incluyen un mayor seguimiento de los envíos y revisiones adicionales en la cadena logística.
También se ha puesto el foco en NVIDIA, ya que el cambio en su sistema de registro de ingresos —basado en la localización de facturación del cliente y no en el destino físico de los productos— complica el rastreo del flujo real de unidades. Esto ha levantado dudas sobre si parte del hardware declarado en Malasia podría acabar en otros mercados restringidos.
Vía: Tom's Hardware.