Cuando EUA anunció el plan de subvenciones de 50 000 millones de dólares a los fabricantes de chips, muchas compañías se apresuraron a asegurar que construirían nuevas fábricas en el país. Eso sí, lo hicieron antes de que la ley estuviera aprobada y sin los anexos oportunos con las condiciones para acceder a los fondos. TSMC quiere invertir 40 000 millones de dólares en una nueva fábrica en Arizona, pero necesita 15 000 M$ de las autoridades gubernamentales del país. Sin embargo, la reciente aprobación de las condiciones para acceder a los fondos no han gustado mucho a nadie.

TSMC considera inaceptables varios de los puntos de la ley CHIPS de financiación estadounidense, por lo que van a hablar con el Gobierno sobre el tema. La compañía ya tiene construida la fábrica y está en el proceso de mover maquinaria a ella, por lo que la moraleja de todo esto es que no hagas tratos sin conocer todas las condiciones de los acuerdos. TSMC ahora está en terreno pantanoso.

La primera fase de la fábrica está completa con el objetivo de iniciar la producción en 2024, pero ya había empezado la segunda fase para completar la inversión de aquí a 2026 para la cual necesita la financiación del Gobierno estadounidense. No es solo un problema que EUA prohíba la inversión en China a la compañía en los próximos diez años , sino que la Administración Biden quiere información de la capacidad de producción, tasa de utilización de las fábricas, productividad de las obleas, precios de venta, rentabilidad, balances contables, viabilidad económica…

Este tipo de información es secreta para los productores de chips como TSMC, secretos industriales, y no está dispuesta a proporcionarla porque cree que el Gobierno pide un acceso excesivo a sus registros y operaciones. Al estar en manos del Gobierno estadounidense las posibilidades de que se filtren los datos aumentan sustancialmente y el daño que podría hacer a TSMC sería irreversible.

TSMC también teme que la restricción a la inversión en China haga menos rentable sus operaciones globales y por tanto que realmente no le salga nada rentable la inversión que está haciendo en EE. UU. Al fin y al cabo, China tiene una larga trayectoria en la producción de chips, con ingenieros y personal cualificado, y con unos costes de personal, operación y transporte menores que en el resto de países.

Vía: Tom's Hardware.