Intel vino a confirmar la semana pasada lo que muchos ya daban como un hecho, y es que la compañía no tiene más remedio que recurrir a fundiciones de terceros para producir parte de sus chips. Aunque aseguró que lo harían en función de las necesidades del producto y de sus clientes, ya hay un primer candidato a externalizar su producción. Sería la unidad de procesamiento gráfico de arquitectura Ponte Vecchio, que es uno de los grandes proyectos que tiene la compañía entre sus manos y no se puede retrasar más allá de finales de 2021 ya que se necesita para la supercomputadora Aurora.

Los rumores procedentes de China indican que la compañía recurriría a TSMC y su proceso de 6 nm, que es una optimización del proceso de 7 nm, pero con algunas ganancias de frecuencias, consumo y área, aunque el proceso de fabricación use la misma maquinaria, técnicas y bloques de diseño del microchip. No es de luz ultravioleta extrema. La reserva hecha por parte de Intel a TSMC para producir los chips Ponte Vecchio con este proceso sería de 180 000 obleas en 2021. Es un chip enorme, por lo que no saldrán muchas unidades de cada oblea, y el coste por unidad será bastante alto.

Aunque, de hecho, este rumor en realidad no es nada nuevo porque ya empezó el runrún en abril. Teniendo en cuenta lo estrangulada que está la producción de Intel a 10 nm y que Ponte Vecchio es una arquitectura concebida para los 7 nm, es más que razonable que Raja Koduri opte por adaptarlo a los 6 nm de TSMC. En la práctica un proceso de 7 nm Intel debería ser más bien equivalente a uno de 5 nm de TSMC, pero aquí se combina la necesidad de no cagarla con Ponte Vecchio con la centésima vez que se hiere su orgullo litográfico. Afortunadamente Koduri es un mercenario y no tiene reparo en herir orgullos para cumplir su trabajo.

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Vía: Hot Hardware.