Intel está haciendo frente a una situación en la que un nuevo retraso en la producción en masa de procesadores de 10 nm unido a un aumento de la demanda de sus procesadores para centros de datos y profesionales le han dejado en los últimos seis meses en una posición en la que no consigue cubrir adecuadamente la demanda. Aun así, lleva tomadas una multitud de medidas en el ámbito de la inversión y reorganización de la producción en sus fábricas, con inversiones de miles de millones de dólares adicionales para expandir operaciones.

A todo ello se suma que Intel ha reiterado esta semana que va a aumentar la producción en varias de sus fábricas, y lo va a hacer tanto con escáneres de luz ultravioleta profunda y ultravioleta extrema, siendo estas últimas las que se van a usar en la siguiente generación de procesos litográficos usados en procesadores que van a llegar al mercado en breve. Las fábricas que serán expandidas con nuevo equipamiento son las de Oregón, Irlanda e Israel, y se hará lo antes posible a partir de 2019.

Esta expansión está orientada a hacer frente a la situación de alta demanda actual, pero también la futura y evitar así situaciones similares. Además hay que tener en cuenta que Intel se ha metido fuerte en los sectores de las FPGA y ASIC, y va a meterse en el de los chips gráficos dedicados, por lo que precisa de expandir ya su capacidad de producción para hacer frente a nuevos proyectos del futuro cercano además de para cubrir la demanda actual.

La compañía ha indicado también que usará fundiciones externas para producir ciertos chips como TSMC para las FPGA, pero también para producir chipsets. Por último, el diseño y fabricación de sus chips de estado sólido, incluidos los de memoria 3D XPoint, se realizará en la instalación de Nuevo México en cuanto termine su relación con Micron.

Vía: Anand.