Toshiba ha llegado al CES con un par de productos relacionados con su división más beneficiosa como es la de los SSD. Por un lado, Toshiba apuesta por los SSD en el pequeño formato M.2 2242 —22 mm de ancho y 42 de largo—, frente al habitual 2280 —80 mm de largo— utilizados en la mayoría de portátiles y equipos de sobremesa. Se trata del RC100, que estará disponible en capacidades de 120 GB, 240 GB, y 480 GB.

Es un SSD orientado a equipos con menor espacio disponible, como ultraportátiles y mini-PC, pero también podría permitir el uso de algunas placas base que tienen un M.2 2242 para incluirles una tarjeta que combine Bluetooth+wifi. Lo que tiene de especial este SSD es que se ha fabricado con el chip de control apilado con el de la memoria NAND 3D, en un solo paquete BGA de 16 mm × 20 mm. No incluye DRAM de caché, y en su lugar confía en NVMe para reservarse una pequeña cantidad de la memoria principal para usarla como ello, si la placa base es compatible. Utiliza una interfaz de comunicación PCIe 3.0 ×2, con una velocidad de lectura/escritura secuencial de 1620/1130 MB/s, y lectura/escritura aleatoria de archivos de un tamaño de 4 KB de 160 000/120 000 IOPS.

El otro producto relevante que lleva Toshiba al CES es el SSD portátil XS700. Utiliza un conector USB 3.1 tipo C con adaptador a tipo A, y usa un puente SATA3 a USB, lo que será un pequeño inconveniente como es habitual en la lectura intensa de archivos pequeños —que no suele ser lo normal para estos SSD externos—. Tiene un tamaño de 95 mm × 75 mm × 11 mm, con un peso de 90 g. La velocidad máxima de lectura/escritura secuencial es de 530/470 MB/s. Usa la misma memoria NAND 3D de 64 capas como el RC100.

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Vía: AnandTech.