Los rumores de finales de junio sobre una posible reorganización llevada a cabo casi unilateralmente por Steve Ballmer han terminado fructificando en los movimientos que Microsoft ha anunciado hoy. Con ellos deja claro que el modelo de negocio de la compañía para los próximos años va a girar en torno a dos aspectos clave: servicios y hardware.

Atrás quedan los tiempos en los que Microsoft era la compañía de Windows y Office y poco se conocía más de ella, aunque no era poco. Eso empezó a cambiar con la Xbox, y parece que, pese al descalabro de las tabletas Surface con Windows RT (basadas en procesadores ARM en vez de Intel), quiere seguir apostando en el sector de los dispositivos.

La salida de Steven Sinofsky al frente de la división Windows (abandono forzado según muchos por las críticas a Windows 8) hace unos meses ha allanado el camino a la reorganización, que se va a quedar en los siguientes grupos empresariales: Ingeniería de sistemas operativos, ingenierías de dispositivos y estudios, Ingeniería de aplicaciones y servicios, Ingeniería de nube y empresas, Dinámica, Marketing, Business Development y Evangelización (mejorar el boca a boca, no es que nos quieran hacer a todos protestantes), Estrategia e Investigación avanzada, Legal, Finanzas, Recursos humanos, y Operaciones.

Tampoco es que sea una pequeña reorganización, pero Microsoft es una de las cinco grandes empresas tecnológicas de Internet junto a Facebook, Google, Apple y Amazon, y también está entre las cinco mayores empresas tecnológicas. Ballmer va a llevar a la práctica una completa reorganización del modelo de negocio de la compañía, aunque de momento no le está yendo mal con las últimas cifras de ingresos y beneficios en la mano. También es una de las empresas con mayor número de patentes, que le puede reportar en los próximos años hasta 8.800 millones de dólares adicionales en 2017 procedentes de licencias a fabricantes de Android.

Lo que depare esta organización y reorientazación de la compañía (que había sido efectuada de facto), lo veremos en las cifras de los próximos trimestres que aporte la compañía, así como en los productos que vaya presentando. La salida de Bill Gates de la compañía hace unos pocos años fue lo mejor que le podía haber pasado.