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Puede que AMD haya entrado en un perfil bajo en el terreno de las unidades de procesamiento gráfico (GPU), pero su éxito con los procesadores Ryzen y EPYC está siendo rotundo. Lisa Su va a tener el honor de celebrar una de las conferencias oficiales del CES 2019 de principios de enero respaldadas por la organización. Será el 9 a las 9:00 AM, y en ella tratará sobre el futuro de los videojuegos, realidad virtual y el entretenimiento.

AMD va a tener unos cuantos meses muy duros hasta que presente su nueva arquitectura gráfica Navi, si bien Nvidia está aprovechando esta situación para hacer el agosto con las tarjetas gráficas GeForce RTX. Navi es una arquitectura que está siendo desarrollada para crear chips a un proceso litográfico de 7 nm, y llegaría en torno al ecuador de 2019. Más allá de ahí, AMD tiene en su itinerario otra arquitectura de nueva generación que podría tener el nombre de Arcturus.

Una vez que se ha entrado en el otoño boreal, las compañías de videojuegos están muy afanadas en llevar al mercado sus principales juegos de cara a la campaña navideña, y las compañías de chips gráficos en proporcionar controladores optimizados para ellos. AMD ha distribuido los Radeon Adrenalin 18.9.3 con motivo de la llegada de Assassin's Creed Odyssey, optimizando el rendimiento para este juego, con los que se puede ganar un 3 % de rendimiento a 1080p en una RX 580, o hasta un 5 % en una RX Vega 64 a 1440p.

AMD va a hacer el agosto con los problemas de producción de procesadores que tiene Intel entre manos, y más cuando en menos de seis meses la compañía va a presentar los Ryzen 3000. Son procesadores creados a 7 nm, que tendrán previsiblemente una buena mejora de potencia mononúcleo para no tener nada que envidiar a los Intel. Pero debido a que introducirán otra serie de mejoras de funcionamiento, para sacarles provecho requerirán de nuevos chipsets en las placas base, si bien serán compatibles las actuales. Se mantendrá el uso del zócalo AM4.

Nvidia ha iniciado una nueva arquitectura gráfica para las GeForce serie 20, que sin embargo le da un respiro a AMD. Dejando a un lado la mejora de calidad gráfica que aporta el trazado de rayos de las GeForce RTX y que tendrá un suavizado de bordes que no afecta al rendimiento de la GPU, la mejora de rendimiento es discreta respecto a la generación GeForce serie 10, en torno a un 35 %, teniendo el precio de a la que sustituye en potencia —la RTX 2080 tiene el de la GTX 1080 Ti—.

Para analizar de manera fiable la tasa de fotogramas de los videojuegos hay que utilizar herramientas adecuadas. Entre ellas se encuentra OCAT, que es una herramienta de análisis de datos de tiempo de fotograma —lo que se tarda en generar un fotograma—, cuya inversa de la media es la tasa de fotogramas de un juego. Por tanto, decir que un juego funciona a 60 FPS de media o decir que cada fotograma lleva 16.67 ms de media en generarse es decir lo mismo.

Mientras Intel soluciona sus problemas de producción de procesadores, que está motivando una enorme subida de precios, AMD está cosechando el buen hacer con sus procesadores Ryzen. Es la gran beneficiada de la situación, porque no parece que haya mucha gente interesada en comprar un Core i7-8700K por 450 euros cuando hace un par de meses estaba a 300 euros. Ese aumento del 50 % de precios, y en algunos modelos concretos es incluso superior, ha hecho que los procesadores de AMD se vendan mucho más en las últimas dos semanas.

AMD ha distribuido una nueva versión de los controladores Radeon Software Adrenalin para optimizar el funcionamiento en cuatro juegos. Esta versión 18.9.2 incluye mejoras para F1 2018 con hasta una mejora del 3 % en la RX Vega 64 a QHD, para Fortnite con hasta un 5 % más de rendimiento en la RX Vega 64 a FHD, Shadow of the Tomb Raider ganando un 4 % más en la RX Vega 64 a QHD, y hasta un 17 % más de rendimiento en Star Control: Origins en la RX Vega 64 a 4K UHD.

AMD presentó hace un par de semanas el primer modelo de la nueva y renovada serie Athlon basada en los chips de arquitectura Zen, lo que abre la puerta a una gran potencia a un bajo coste. Ese primer procesador es el Athlon 200GE, que ya se ha puesto a la venta en algunos países, y que llega con un bajo precio de 55 dólares, metiéndolo en el terreno de procesadores superventas como el Pentium G4560 o el más reciente Pentium Gold G5400.

Dentro de los sectores a los que AMD ha apuntado con sus procesadores Ryzen está el de los sistemas empotrados. Con unas versiones que funcionan como sistema en chip incluyendo la gestión de la conectividad y asistencia técnica durante diez año, son buenos procesadores para cierto tipo de proyectos con consumo limitado. Nada mejor que usar uno de los Ryzen Embedded V1000 para la consola portátil SMACH Z.