EUA está embarcada en una racha infrucuosa de sanciones para evitar que China tenga acceso a los chips de IA más punteros del mercado para desarrollar sus modelos aplicados al entorno militar. Lo cual es infructuoso porque si necesita crear una supercomputadora el triple de grande usando chips menos punteros para que dé la misma potencia, la va a construir igualmente. Pero en la cabeza de Biden la cosa suena ideal, y sobre todo de Gina Raimondo, la ministra de Comercio estadounidense que recientemente atacó a NVIDIA por desarrollar chips para saltarse las sanciones que impone. Ahora ha suavizado su postura.
El principal motivo es claramente económico. Si NVIDIA deja de lucrarse con las ventas de chips de IA a China en caso de prohibirlas totalmente, el Gobierno dejaría de recaudar unos miles de millones al año, y no está la cosa para perder ingresos de impuestos con la deuda del país disparada. Los ingresos de chpis de IA, gracias a los alocados precios con que los vende a China, ascendieron a 14 514 M$ solo en el tercer trimestre de este año. A lo largo del año, eso son muchos miles de millones en impuestos.
Así que viendo el percal, Raimondo ha empezado a recular su postura hacia NVIDIA, probablemente después del tirón de orejas que le habrán dado desde Hacienda. Raimondo estaba muy dispuestas a prohibir todas las ventas de chips de IA de NVIDIA a China. Ahora la situación es distinta porque dice que «NVIDIA puede, podrá y debería vender chips de IA a China porque la mayoría de los chips de IA se usarán en aplicaciones comerciales. Lo que no podemos permitir es que vendan allí los chips de IA más sofisticados y de la más alta capacidad de procesamiento, lo cual permitiría a China entrenar sus modelos frontera».
Un modelo frontera es un modelo de aprendizaje automático a gran escala que excede las capacidades actuales de los modelos existentes más avanzados, los cuales se usan para multitud de tareas. Pero en este caso, y hasta cierto límite —por ejemplo, la memoria disponible—, te da igual usar una aceleradora de cierta potencia que ocho que te den esa misma potencia. La diferencia está en el coste. Para aplicaciones comerciales, por ejemplo ejecutar una red neuronal de una IA generativa en una consulta en vivo, no sería lo mismo, pero no es lo que EUA está intentando vetar, sino el entrenamiento previo de esas redes neuronales, y ahí te da igual tener una que diez aceleradoras haciendo la tarea. La diferencia es de coste y espacio, que no es algo menor, pero es superable.
Jensen Huang habló con Raimondo para dejarle claro que la compañía seguiría la normativa de las restricciones de exportación. Huang dijo que las sigue porque es un problema de seguridad nacional, para acto seguido decir que buscaría las formas de saltárselas creando chips más específicos. Lo cual fue lo que suscitó el reproche de Raimondo, pero que ahora ambas partes parece que están llegando a un entendimiento para no perder dinero.
Vía: Tom's Hardware.