Bueno, la historia se vuelve a repetir. AMD tenía una bomba de relojería con los Ryzen 7000 en forma del quemado de los procesadores, lo cual tenía que atajar lo más rápido posible para no dar una malísima imagen, pero la solución que ha proporcionado a los fabricantes de placas base ha introducido otros fallos adicionales. Nada nuevo bajo el sol, porque es bastante habitual.

De la noticia anterior en la que AMD dijo que sería rápida distribuyendo la actualización del BIOS, dije que «yo me esperaría unas semanas a ver qué ocurre, porque muchas veces cuando solucionan rápidamente un problema deslizan otros no intencionados. Que primero prueben bien estas versiones de BIOS y luego ya actualizaré mi placa base». No es que sea adivino, es que esto esto de hacer las cosas a prisa y corriendo es lo que tiene.

Esa versión del AGESA, la 1.0.0.7, lanzada rápidamente para limitar el voltaje de EXPO, tiene como efecto colateral que los módulos de RAM de mayores velocidades que antes sí podían funcionar a 6000 o 6400 MHz ahora no pueden mantenerlas. Ha impuesto una limitación de voltaje del SoC a 1.3 V frente a los 1.4 V que forzaba antes, y eso produce problemas de estabilidad. Además, no es compatible con los módulos de 24 GB y 48 GB.

AMD está preparando otro AGESA, la versión 1.0.9.0, que incluiría las correcciones a los fallos del 1.0.0.7. Aparentemente, esta versión ni siquiera introduce soluciones o control de temperaturas, que es otra de las cosas que puede llevar al quemado de los procesadores. Hay imágenes de algún Ryzen que llega a los 110 ºC con el último BIOS. Eso sí, este problema de que se quemen es totalmente residual. Casi no se conocen casos, y se centran en el Ryzen 7 7800X3D, aunque puede ocurrirle a cualquiera.

Vía: Tom's Hardware.