Tras la bajada de los precios de los Ryzen 7000 y la memoria DDR5, el siguiente escollo de precio que tenía que salvar AMD para incentivar la compra de sus procesadores era el de las placas base. Finalmente la compañía ha anunciado el chipset A620 para las placas base AM5 que según AMD permitirá que haya en el mercado modelos que partan de los 85 dólares. Aunque también dijo que las B650 partirían de los 120 dólares y no bajan de los 150 dólares.

La pieza que encarece las B650 y X670 es la incorporación de PCIe 5.0 y la propia DDR5, pero en este caso el chipset A620 se queda en PCIe 4.0, que está perfectamente bien porque ni hay tarjetas gráficas PCIe 5.0 en el mercado ni hay a la venta SSD de tipo PCIe 5.0. O igual hay alguna de marca poca conocida en algún mercado, pero al menos no están disponibles en los principales mercado y en cantidad suficiente.

Debido al bajón de ventas de placas base no va a haber demasiada variedad de modelos con este chipset A620. Los que llegan al mercado tienen dos o cuatro bancos de memoria DDR5 para hasta 6200-6400 MHz, y una o dos ranuras M.2 2280 de tipo PCIe 4.0 ×4, alguna con una tercera M.2 2280 tipo PCIe 3.0 ×2, además de la ranura PCIe 4.0 ×16 para la tarjeta gráfica.

Mirando rápidamente los principales fabricantes (MSI, ASUS, ASRock y Gigabyte), solo he visto una decena de modelos, y diría que todos son en formato micro-ATX. Me imagino que irán anunciando nuevos modelos con el paso de las semanas, pero de entrada están siendo cautos, quizás porque las ventas de los Ryzen 7000 no están siendo buenas.

ASUS tiene tres modelos, y el más barato, Prime A620-M-A-CSM, cuesta 139 euros. Lejos de esos 85 dólares que dice AMD, que metiendo el IVA de la UE vendrían a ser unos 102 euros. No sé para qué dice AMD nada sobre el precio si luego los fabricantes ponen otro totalmente distinto y lo único que consigue es que el comprador se enfade.