Como todas las grandes empresas estadounidenses, Amazon también se ha estrellado en los últimos años con el muro de la Unión Europea. Se han lanzado muchas investigaciones por prácticas anticompetitivas (Google, Apple, Facebook/Meta, Microsoft, y un largo etcétera) o por evadir impuestos, la mayoría de las cuales han terminado en sanciones millonarias. Amazon se enfrentaba a otra multa por la forma en que publicita las opciones de compra en las páginas de producto, pero finalmente ambas partes han llegado a un acuerdo.

La multa que ha esquivado era de unos 50 000 millones de dólares, el 10 % de su facturación anual. El problema de fondo es que Amazon estaba utilizando la información que tenía, y que no era pública, de terceros vendedores en su mercadillo (marketplace) para tomar decisiones de venta de sus propios productos, distorsionando la competencia en su plataforma.

Las normas y criterios de Amazon favorecían sus productos en la caja de compra —la que aparece en el lateral con los botones de 'añadir a la cesta' y 'comprar ahora'— o la de aquellos vendedores que usaban su sistema logístico y de reparto, perjudicando al resto de vendedores que aceptaba en su plataforma.

El problema de fondo es que durante la investigación se determinó que Amazon tenía una posición dominante en la venta en línea en España, Alemania, Francia y otros países europeos, por lo que se trataba de una práctica anticompetitiva por abuso de posición dominante.

Amazon y la Comisión Europea han acordado cambios a la caja de compra, clasificando a todas las ofertas por igual independientemente de si son propias, de terceros con logística de Amazon o terceros por cuenta propia, añadiendo una segunda caja de compra con una segunda oferta si se diferencia lo suficiente de la primera en precio o condiciones de entrega. Los acuerdos alcanzados estarán en vigor durante siete años.

También han acordado que Amazon no usará la información que no sea pública de los vendedores del mercadillo para tomar decisiones de negocio, tanto para las marcas propias como para el resto. Por último, Amazon establecerá unas condiciones y criterios no discriminatorias para marcar a los vendedores como aptos para el servicio de entrega Prime. Negociarán libremente qué transportista quieren y las opciones de entrega. Amazon no usará la información obtenida de los sistemas de entregas usados por terceros para tomar decisiones respecto a su propio sistema de reparto.

Fuente: Comisión Europea. Vía: Ars Technica.