Los próximos procesadores Core de 13.ª generación, llamados Raptor Lake, incluirán novedades en el número de núcleos y en el proceso de fabricación, pero serán parecidos a los actuales Alder Lake. Eso significa que serán compatibles con memoria DDR4 pero también con la DDR5, si bien parece que podrán usar directamente memoria a 5600 MHz en lugar de a 4800 MHz. Es un empujón importante y a un punto que empieza a marcar distancia frente a la DDR4-3200 y DDR4-3600.

Aunque puedan usar DDR4, parece que Intel estaría hablando con los fabricantes de placas base para que se centren en ofrecer solo modelos con DDR5 para las placas base con chipsets serie 700. TechPowerUp no indica ningún motivo especial para ello salvo su hipótesis de «acelerar la adopción de la DDR5», y tampoco se indica que esté presionando especialmente a los fabricantes que no quieran centrarse en la DDR5.

Los Raptor Lake funcionarán con las actuales placas base de serie 600 por lo que aquellos que quieran DDR4 solo tendrían que mirar a la actual generación. Pero el problema es que la memoria DDR5 necesita bajar de precio, y no tengo claro que baje al nivel de la DDR4-3600 de aquí a que lleguen las placas base serie 700. Por lo tanto, no es un tema de que Intel quiera o no que los Core de 13.ª generación se centren en la DDR5 sino si es económicamente rentable al consumidor. Si no lo es, podrían optar por las placas base con DDR4, y si son las de serie 600 afectaría a las ventas de la serie 700 de estas compañías de placas base. Además, los Ryzen 7000 solo usarán DDR5, por lo que habrá mucha más demanda de este tipo de memoria a partir del tercer trimestre del año.

Vía: TechPowerUp.