Cuando Apple presentó la remodelación del MacBook Pro en 2016 las críticas se dejaron sentir bastante fuerte. La compañía decidió dejar solo un tipo de puerto e interfaces en sus equipos, el Thunderbolt, por lo que la era de los adaptadores llegó para los fotógrafos que necesitaban el lector de SD o un HDMI para conectarlo a sus monitores. Añadió los nefastos mecanismos de mariposa al teclado y la totalmente inútil Touch Bar. Pero en el último año ha dado marcha atrás en todo y ha dejado el MacBook Pro como estaba en 2016.

Con la presentación del nuevo MacBook Pro la compañía se va a congraciar con todos los profesionales y aficionados a los productos de Apple que habían evitado los Mac. Por un lado, por la falta de potencia. Por otro, por la falta de mejoras en su pantalla. El nuevo MacBook Pro en realidad son dos, y llega en modelos con pantalla de 36 cm (14.2 in) y 41.1 cm (16.2 in). Pero son pantallas sensacionales, se mire por donde se mire, y que no hay nada igual en el mercado actual.

Vídeo

La pantalla se hace un poco más alta para tener solo 3.5 mm de marco de pantalla y permitir que incluye cámara web en la parte superior, si bien en el interior de una muesca a lo iPhone. En macOS la barra de tareas está en la parte superior con los menús, fecha, hora, acceso rápido a ciertas aplicaciones, etc., y esa información se ha movido al espacio extra de la pantalla. Pensad en ella como si fuera una 1080p a la que se añade unos píxeles más para meterle una zona de barra de tareas, por lo que al reproducir vídeos, por ejemplo, la barra se vuelve totalmente negra y solo se ve la zona principal que seguirá siendo de 1920 × 1080 píxeles. La muesca no come parte de la pantalla principal.

La pantalla es IPS de miniledes, reproduce HDR, con 1000 nits de brillo sostenido y 1600 nits de pico. En el modelo de 14.2 in tiene una resolución de 3024 × 1964 píxeles mientras que en el de 16.2 in la resolución es de 3456 × 2234 píxeles. Son pantallas de 120 Hz con refresco adaptable a lo largo y ancho del sistema operativo siempre que la aplicación que corra esté preparada para aprovecharse de ello. Es una pantalla bastante impresionante porque básicamente es la del monitor XDR de Apple pero embutida en el formato del MacBook Pro.

El modelo de 14 in tendrá versiones con un procesador M1 Pro de 8 núcleos (6+2) de CPU y 14 de GPU, y el completo de 10 núcleos (8+2) y 16 núcleos de GPU. El modelo de 16 in usa el M1 Pro totalmente desbloqueado y se ofrece con el M1 Max de 10 núcleos (8+2) de CPU y 32 núcleos de GPU. Pueden tener hasta 32 GB de RAM de tipo LPDDR5 y hasta 8 TB de SSD de tipo PCIe 4.0. Apple menciona que el sistema de refrigeración está mejorado y que en la mayoría de situaciones los dos ventiladores deberían de estar parados.

Estos equipos incluyen wifi 802.11ax, Bluetooth 5.0, tres Thunderbolt 4, un HDMI, un lector de tarjetas SD y un conector de 3.5 mm. Desaparece la Touch Bar para poner un teclado como el usado en el nuevo Magic Keyboard (2021), por lo que es un teclado con mecanismos de tipo tijera pero excelente. Tecleando casi no se le escucha. Incluye cámara web FHD, un sistema de sonido mejorado con sonido envolvente y un sistema de micros de calidad profesional. La batería es de 70 Wh o de 100 Wh y se acompaña de cagadores de 67 W, 96 W o 140 W según el modelo. La compañía recupera el conector MagSafe para la carga, para regocijo de todos por lo útil que era. Tienen carga rápida, pudiéndose recargar un 50 % de la batería en 30 minutos.

El MacBook Pro 14 base cuesta 2249 euros con 16+512 GB y el que tiene el M1 Pro completo con 1 TB de SSD cuesta 2749 euros. El MacBook Pro 16 base con M1 Pro, 16 GB de RAM y 512 GB de SSD cuesta 2749 euros, mientras que el que incluye el M1 Max con 32 GB de RAM y 1 TB de SSD cuesta 3849 euros.