China lleva unos años persiguiendo oficiosamente a las criptodivisas, sobre todo a la criptominería para intentar paliar parte de los problemas energéticos que tiene, y ha dificultado el cambio de divisas y las transacciones. Solo hace unos meses que hizo movimientos oficiales hacia su prohibición, indicando a los bancos chinos que no aceptaran transacciones en criptodivisas y haciendo redadas extraoficiales para desbaratar criptominas de alto consumo de energía pero contaban con el plácet del Gobierno porque no estaban oficialmente prohibidas.

Finalmente el país asiático ha prohibido toda forma de transaccionar, cambiar y negociar con criptodivisas, tanto con el dinero fíat como entre ellas. También prohíbe la emisión de tókenes y por tanto de forma efectiva el criptominado, pero va más allá con la prohibición de darles publicidad. Voy a incidir nuevamente en que China lleva varios años persiguiendo oficiosamente las criptodivisas por lo que esta decisión tampoco debería afectar excesivamente a un mercado que por su naturaleza netamente especulativa es altamente volátil.

El transaccionado de criptodivisas lleva varios días de capa caída por la casi caída del gigante chino del ladrillo Evergrande, que debería caer del todo a no mucho tardar, pero se mantiene en un valor alto. El problema es que otros países sigan los pasos de China y declaren ilegales a las criptodivisas, lo cual sería un movimiento razonable en aquellos de la órbita china. Muchos de ellos ya tienen entre ceja y ceja a las criptodivisas y esto puede ser el empujón que necesitan para ilegalizarlas. En ese caso sí podría haber una situación de miedo generalizado y un hundimiento profundo de todas las criptodivisas. Pero de momento no se prevé que ocurra algo así.

China alega que las criptodivisas son un problema de seguridad nacional debido a su carácter especulativo, y por tanto se investigará a todo aquel que las maneje de alguna forma. Aunque sigan minándose y transaccionando con ellas en el país asiático a pequeña escala, el Gobierno también está preparando un sistema para detectar tráfico relacionado con la minería y mercadeo de criptodivisas que debería entrar en funcionamiento en algún momento de octubre. China no las va a dejar mucho margen de operación, ya sea a grandes mineros o a pequeños inversores.