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Estamos en medio de una nueva criptoburbuja, pero es un poco distinta a las anteriores. Tras el cambio de modelo del protocolo Ethereum a prueba de apuesta, el uso de tarjetas gráficas para minería perdió interés. Pero la llegada de otras monedas ha hecho que los mineros miren a los procesadores Ryzen debido a sus instrucciones AVX-512. Al menos de momento, en China se han lanzado a comprar los modelos más potentes como el Ryzen 9 7950X.

La locura de la criptominería y todo lo criptoalgo relacionado se ha acabado. Por tercera vez. No se sabe si habrá una cuarta teniendo en cuenta que se están intentando aprobar bastantes leyes para controlar el sector. El gran perdedor de esta última criptoburbuja han sido los NFT o vales digitales de activos, que no es más que un certificado intangible de que algo intangible te pertenece. Sí, es como tener un NFT del Louvre que diga que tienes el derecho a una imagen digital certificada de la Mona Lisa, pero no el cuadro físico. Pues alguien compró el derecho digital del primer tuit de Jack Dorsey, cofundador de Twitter, por 2.9 millones de dólares y ahora no consigue deshacerse de él.

Tras el fin de la criptoburbuja a mediados del año pasado, los mineros se han encontrado con millones de tarjetas gráficas que no sirven de casi nada. Se han visto hundidos por el cambio de la red Ethereum a un protocolo basado en la prueba de apuesta en lugar de prueba de trabajo, y por tanto no dependiendo de resolver cálculos sino de simplemente tener apostado dinero en la red para que genere beneficios (o no) a medida que se confirman transacciones. Pero las minas de tarjetas gráficas han visto en la inteligencia artificial la mejor forma de perfilar ingresos.

Con Raja Koduri fuera de Intel, su exjefe Pat Gelsinger está haciendo limpieza en los proyectos que echó a rodar. Entre ellos están los chips para criptominería, los cuales han sido descatalogados tras una breve existencia. Pertenecen a la serie Blockscale 1000, de la cual han sido descatalogados sus cuatro ASIC o chips de aplicación específica. Tras la reorganización interna, el grupo dedicado a ello, Computación Personalizada, ha desaparecido.

NVIDIA hizo el paripé de que evitaba que las GeForce cayeran en manos de los criptomineros al incluir un bloqueo de minado en los nuevos modelos y revisiones de anteriores RTX 30 que llegaron a partir de mayo del año pasado. No sirvió de nada. Pero con el criptocrac ya no hay necesidad de ello y por tanto NVIDIA lo ha eliminado en la versión de sus controladores GeForce 522.25.

Las criptomonedas son las responsables de las tres o cuatro criptoburbujas que llevamos en los últimos diez años que han llevado a que se dispararan los precios de las tarjetas gráficas. La habitual búsqueda de conseguir dinero sin hacer nada. Pero la que ha promovido las dos últimas ha sido el protocolo Ethereum, lo cual llevo a los responsables de la red como Vitálik Buterin a cambiar la forma de obtener éter. En lugar de minar, un algoritmo de prueba de trabajo, se optó por uno de prueba de apuesta. La «Ethereum 2» llevaba tiempo en pruebas, pero finalmente la fusión se ha realizado y ya no se va a poder minar éter.

Aunque el sector del criptominado esté en los estertores tras el último crac (y van…) eso no significa que no reflote dentro de un par de años. Así es el ciclo de las criptodivisas. Por eso finalmente han implementado el minado bajado el protocolo Ethereum para la nueva arquitectura gráfica de Intel, la Xe-HPG. Se ha añadido a Nanominer 3.7.0 y se ha mostrado funcionando en una Arc A380.

Si bien NVIDIA ha mantenido durante el último año un criptobloqueo en sus tarjetas gráficas que impedía minar a plena capacidad, solo afectaba a los chips para modelos de tarjetas gráficas para equipos de sobremesa. Las de portátiles han seguido minando a plena capacidad. Aunque no es lo ideal, muchos mineros han creado minas con decenas o cientos de portátiles para aprovechar el tirón. Pero los fabricantes de equipos originales (OEM) chinos han tenido la brillante idea de usar las GPU de portátiles en tarjetas gráficas de sobremesa.

NVIDIA lleva limitando la criptominería en sus tarjetas gráficas desde que en torno a mayo del año pasado lanzara los modelos LHR (tasa de resúmenes reducida). Eso hacía que la potencia al criptominar se redujera en torno al 50-60 % de la potencia total de la tarjeta, aplicable a protocolos como Ethereum. La supuesta idea de NVIDIA era que los mineros no compraran estas tarjetas gráficas, pero el precio del éter hacía que aun así salieran bastante rentables.

La Fundación Ethereum lleva tiempo trabajando en una versión del protocolo que reduzca al máximo el consumo de energía de la red. Por eso la versión Eth2 se ha desarrollado como un protocolo de apuesta (staking) en lugar de uno de prueba de trabajo. La confirmación de los bloques generados por el sistema no precisan de tarjetas gráficas para generarlos, por lo que el consumo será simplemente el de los servidores que irán confirmando las transacciones. Parece que finalmente la fusión de Eth1 y Eth2 tendrá lugar en agosto tras un retraso de último hora en las últimas semanas.