Intel está haciendo literalmente lo que puede con lo que tiene mientras termina sus arquitecturas y procesos litográficos más avanzados para tener un calendario de lanzamientos mucho más competitivo. Los últimos coletazos de la situación actual se dan con los Xeon W-3300 presentados por la compañía, que son los modelos de Xeon orientados a las estaciones de trabajo y por tanto para los profesionales. Es un sector en el que los Threadripper de AMD están siendo superventas porque, bueno, Intel no tenía nada que compitiera con ellos.

Ahora sí tiene alternativas, aunque solo llegan a los 38 núcleos frente a los 64 núcleos del Ryzen Threadripper 3990X. Donde Intel ha metido un buen recorte, por necesidad, es en los precios. El mejor Xeon de estaciones de trabajo, el Xeon W-3375, ahora cuesta 4499 dólares frente a los 5490 $ del Threadripper PRO 3995WX de 64 núcleos. Igual no le ha metido el recorte suficiente. Si se compara un procesador profesional de 32 núcleos de ambas compañías, teniendo en cuenta que habría que compararlo con los Threadripper Pro por las características de los Xeon W, el Xeon W-3365 cuesta 3499 dólares frente a 2750 dólares del Threadripper Pro 3975WX. Tampoco parece que haya hecho el suficiente recorte de precio.

Familia Xeon W-3300 de Intel
Núcs.Frec. baseTurbo 1NTurbo nNL3TDPPrecio
W-337538/762.5 GHz4 GHz3.3 GHz57 MB270 W$4499
W-336532/642.7 GHz4 GHz3.5 GHz48 MB270 W$3499
W-334524/483 GHz4 GHz3.7 GHz36 MB250 W$2499
W-333516/323.4 GHz4 GHz3.7 GHz24 MB250 W$1299
W-332312/243.5 GHz3.9 GHz3.7 GHz21 MB220 W$949

Como se puede ver en el listado anterior, esta serie parte de procesadores de doce núcleos y llega hasta los treinta y ocho núcleos con una potencia de diseño térmico de 270 vatios. Están basados en la arquitectura Ice Lake y por tanto tampoco es la más puntera de la compañía. Usan memoria DDR4-3200 en ocho canales, tienen hasta 64 canales PCIe 4.0 —los Threadripper Pro tiene 128 canales—, y el chipset tiene una comunicación de solo PCIe 3.0 ×8 por lo que no aportará más canales PCIe 4.0 a diferencia del chipset usado con los Threadripper. Tiene conectividad renovada, incluyendo Wi-Fi 6E o Thunderbolt 4. Se tienen que combinar con placas base con chipset C21A.

Las novedades a nivel de arquitectura hace que mejoren en el apartado de cifrado, doblando el rendimiento en AES entre otros, y añade nuevas instrucciones de AVX. A estas alturas no suponen una gran mejora frente a los Threadripper, por lo que si Intel los hubiera cancelado tampoco habría pasado nada. No tengo claro que cobrar el W-3365 mucho más caro que el Threadripper Pro 3975X vaya a conseguirle ventas. Y si se compara con el más generalista Threadripper 3970X que está a casi 2000 euros, se hace todavía menos interesante.

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Vía: AnandTech.