Microsoft ha empezado bien la semana con la distribución de la versión beta de Windows 11, que la podrán instalar todos aquellos adscritos al programa Windows Insiders. Estos betatesteadores deberían tener disponible para instalar la compilación 22000.51 del sistema operativo, el cual introduce todos los cambios que se vio la semana pasada durante la presentación que realizó Microsoft.

Los cambios son mayormente visuales por ahora ya que cosas como DirectStorage y la instalación de aplicaciones Android no están disponibles. Eso llevará a a compañía todavía meses de trabajo. Tampoco creo que todos los cambios estéticos y de posición de ciertas funcionalidades vayan a llegar tal cual a la versión final, por lo que los comentarios de los usuarios serán importantes para evitar ciertos cambios de calado que ha introducido a la compañía y que desagradarán a algunos.

La compañía ha aprovechado para hablar sobre la herramienta Comprobación de estado del PC que indica si un equipo puede o no instalar Windows 11. Debido a que ha generado mucha confusión ha optado por retirarla por ahora para realizar los cambios necesarios para que la comprobación de requisitos dé información exacta sobre el motivo por el que no es compatible el equipo.

A su vez, la compañía ha relajado los requisitos de instalación para que sean iguales a los pedidos a los Windows Insiders. Eso significa que no habrá requisito de tener instalado el módulo de plataforma de confianza (TPM) ni habrá limitación por familia de procesadores. Para Windows 11 se precisará al menos un Core de 8.ª generación o un Ryzen de arquitectura Zen 2, pero la compañía está explorando si es posible que se instale y funcione bien en los Core de 7.ª generación y los Ryzen de arquitectura Zen originales. Se mantienen los requisitos de 4 GB de RAM, 64 GB de almacenamiento y un procesador de doble núcleo a 1 GHz.