MSI ha presentado la placa base MAG B560M Mortar WiFi, un modelo que en generaciones anteriores habría sido de gama media, por decirlo de alguna forma, pero que con la 11.ª generación Core pasa al primer plano como un buen elemento para la parte alta del sector. El chipset B560 ahora da acceso a perfiles XMP por encima de los 3200 MHz de esta generación de procesadores, y en este caso asegura que se usen de hasta 5066 MHz más cualquier subida adicional que se pueda realizar según el módulo de RAM.

Este modelo tiene formato micro-ATX, con cuatro bancos de memoria, un M.2 tipo PCIe 3.0 ×4, otro tipo M.2 PCIe 4.0 ×4, dos ranuras PCIe ×16 —una 4.0 y otra 3.0—, una más PCIe 3.0 ×1, y seis SATA 3. Se alimenta con un conector PCIe de ocho pines y otro de cuatro pines más el habitual ATX de veinticuatro pines. Hay disipadores cubriendo los MOSFET del sistema de refrigeración.

Incluye un códec de audio ALC897 y un controlador Ethernet RTL8125B (2.5 Gb/s). Hay cuatro conectores de cuatro pines para ventiladores de caja y uno más para bomba de agua. No se indica en las características que haya cabezales para iluminación. La placa también dispone de wifi 802.11ax y Bluetooth 5.2 integrado a través de una pequeña tarjeta M.2 preinstalada.

En cuanto a las tomas traseras, hay cuatro USB 2.0, tres USB 3.0, un USB 3.2 tipo C, uno óptico SPDIF, cinco de audio de 3.5 mm, un HDMI 2.0b y un DisplayPort 1.4. Salvo que se quiera el equipo para un uso algo más específico, las B560 ahora mismo van a ofrecer todo lo necesario para exprimir un procesador Rocket Lake y por tanto sería lo que debería mirar cualquiera. Curiosamente con AMD ha venido ocurriendo lo mismo desde la llegada del chipset B550, momento en el que las X570 han perdido todo el protagonismo.