Microsoft está poniendo mucho empeño en optimizar los procesadores de otras compañías para sus equipos, y lo ha demostrado con los Ryzen para el Surface Laptop 7 pero también con el procesador incluido en el Surface Pro X. En este caso, se trata de una versión optimizada del Snapdragon 8cx, pero cambia lo suficiente como para tener entidad propia.

El procesador lo llama SQ1, e indica que es de Microsoft aunque esté codesarrollado junto a Qualcomm. Su ventaja principal está en la unidad gráfica, que es una Adreno 685, y promete una potencia de cómputo de 2.1 TFLOPS. Es por tanto en torno a un 17 % más potente que la Adreno 680 del Snapdragon 8cx y sus 1.8 TFLOPS, y por tanto bastante más apta para procesadores de movilidad con arquitectura ARM, aunque consumirá más.

Respecto a la Surface Pro 7, este modelo Surface Pro X es algo más pequeño y delgado, con 287 mm × 208 mm × 7.3 mm y un peso de 774 g, y una carcasa hecha entera de una aleación de aluminio anodizado. Incluye el mismo pie con bisagra que permite girarlo hasta 165º. La pantalla táctil es algo más grande, de 33 cm (13 pulgadas) con resolución de 2880 × 1920 píxeles.

Se puede comprar con 8 GB o 16 GB de memoria tipo LPDDR4X, así como 128 GB, 256 GB o 512 GB de almacenamiento interno. Tiene wifi 802.11ac, Bluetooth 5.0 y módem LTE para conectividad a través de una nano-SIM o la eSIM incluida. Su autonomía se sitúa en torno a las trece horas, que es menos que la que se puede esperar de otros equipos con procesador Snapdragon, pero este tiene bastante más potencia. Incluye dos puertos USB tipo C.

Su precio parte de los 999 dólares. La funda-teclado y el lápiz se venden por separado, sin lo cual se queda en mera tableta en lugar de poder usarse a modo de convertible.