Microsoft ha conseguido rebajar sustancialmente en los últimos años lo que ocupa Windows, pero aun así puede que algunos les parezca mucho. Pero lo que haya podido ahorrar Microsoft está gastándolo en algo que en realidad es necesario, aunque pueda resultar algo molesto a algunos usuarios. La compañía ha añadido en la última versión beta del sistema operativo que Windows 10 reserve 7 GB más de espacio en disco para la descarga de las actualizaciones.

La compañía ha detectado casos en los que la actualización puede fallar, algunas veces catastróficamente, si no se tiene suficiente espacio en disco, y también ve la necesidad de asegurarse que los equipos reciben las actualizaciones sin que tenga que hacer nada el usuario para descargarlas. La cantidad de 7 GB es variable en función de las opciones de la actualización que se hayan elegido y los paquetes de idiomas instalados.

Esa zona reservada es utilizada cuando no hay actualizaciones como espacio temporal de aplicaciones, por lo que cuando hay una actualización se pueden eliminar los archivos de esa zona e instarla sin mayores problemas. Estos cambios se han realizado a la compilación 18312 que está disponible a los Windows Insiders, los betatesteadores de Windows 10.

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Vía: Ars Technica.