Tras hablar de los procesadores EPYC a 7 nm, AMD ha presentado las primeras tarjeta gráficas con unidad gráfica (GPU) creada con mismo proceso litográfico. La compañía, por tanto, habla de las mismas mejoras: permite hasta duplicar la densidad de transistores por milímetro cuadrado, o aumentar la potencia hasta un 25 % a mismo consumo, o permite reducir hasta un 50 % el consumo a misma frecuencia de funcionamiento. Cómo equilibre AMD los tres aspectos en los chips está por ver.

Los primeros productos en usar el nuevo chip Vega a 7 nm son las Radeon Instinct MI50 y MI60. Vuelve a mencionar la virtualización por hardware para el entorno profesional al que está orientado, lo que mejora su rendimiento en ese sector de la virtualización respecto a las soluciones de la competencia —léase Nvidia—. Utilizan código de corrección de errores (ECC) extremo a extremo, a todos los niveles internos del chip gráfico, con operaciones específicas para entrenamiento e inferencia de inteligencia artificial, que es hacia donde también están orientadas estar tarjetas gráficas.

Usan hasta 32 GB de memoria de alto ancho de banda (HBM2), con 1 TB/s de ancho de banda máximo, haciendo uso de PCIe 4.0, y 64 GB/s de ancho de banda bidireccional entre CPU y GPU. También hace uso de una interconexión Infinity de 100 GB/s entre distintas tarjetas gráficas Radeon Instinct, que es una mejora sustancial frente a los métodos actuales, aunque se queda algo lejos de los 300 GB/s de las últimas tarjetas gráficas Nvidia con NVLink 2.

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