Nvidia ha presentado la nueva serie de tarjetas gráficas GeForce con la sorpresa de llevarlas el trazado de rayos en tiempo real a través de la arquitectura Turing. Pero en esta ocasión, la edición de tarjetas gráficas directamente vendidas por Nvidia en lugar de a través de terceros, las ediciones fundador, cambian completamente su diseño externo y se alejan de lo que lleva muchos, muchos años haciendo la compañía.

Atrás se quedan los tiempos del diseño tipo turbina, con un único ventilador para la refrigeración, y la compañía lo ha sustituido por un diseño abierto de doble ventilador. Pero todo tiene su explicación, como ha indicado Nvidia en su blog. Y básicamente la puedo resumir en «queremos hacer dinero vendiendo tarjetas gráficas y no solo chips gráficos».

La compañía ha indicado que la mayoría de los compradores no se molestan en subir los chips gráficos para aprovechar todo su potencial —¡oh, sorpresa!—, y por tanto vender las RTX subidas 90 MHz en las ediciones fundador es una forma de proporcionar un empujón extra de rendimiento, asegurando tres años de garantía. Eso lleva a la necesidad de ser más competitivos, como sus socios, aportando un diseño que sea más silencioso a la vez que permita más potencia en la edición fundador.

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Bajo el chasis, que caerá más o menos en gracia a los potenciales compradores, se puede ver un enorme disipador de aluminio negro que cubre absolutamente toda la longitud de la tarjeta gráfica. Al estar subida la GPU, eso implica un aumento notable del calor generado más allá del aumento de consumo, y según la compañía, es el motivo de dejar atrás el sistema de cámara de vapor por uno más eficiente. Con la intención, repito, de competir con sus socios fabricantes de tarjetas gráficas personalizadas. Que como Nvidia no tiene competencia en la gama alta, se lo puede permitir.

Quitado el disipador se puede ver en la RTX 2080 la GPU, con una pastilla especialmente grande, y comparativamente más que la de la GTX 1080 Ti. Como indiqué en el artículo de presentación de la serie GeForce RTX 20, el chip está fabricado a 12 nm por TSMC en vez de a 16 nm, pero la inclusión de dos estructuras adicionales han hecho que aumente notablemente el tamaño de la pastilla. Esas estructura son los núcleos de trazado de rayos y los núcleos tensoriales. No hay datos de milímetros cuadrados que ocupa este nuevo chip, pero puede ser un aumento del 30 al 50 % de tamaño. Eso implica un fuerte aumento del coste del chip —menos chips extraídos por oblea producida—, que es lo que se traduce en que esta generación sea más cara.

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Nvidia también pone el punto de mira en el sistema de alimentación de las GeForce RTX, que parte de los 225 W en la RTX 2080 y llega a alcanzar los 285 W para los que quieran subirla al máximo. Tiene un sistema de alimentación de trece fases de tipo DrMOS (integrated driver-MOSFET) con monitorización de corriente (IMON), en el que pueden desactivar las fases que no sean necesarias para eliminar en un momento dado el consumo remanente que no sea necesario, y mejorando la eficiencia energética. También se mejoran los condensadores para que funcionen a menores voltajes eliminado el ruido subyacente, o que la GPU funcione a mayores frecuencias mejorando su rendimiento.

La envoltura está fabricada en aluminio anodizado, que es por lo que tiene un diseño mucho más plano que en modelos anteriores. La placa trasera de refuerzo es igualmente de aluminio, y en el caso de las RTX 2080 y RTX 2080 Ti, disponen de un conector NVLink para mejorar sustancialmente la comunicación en un PC con una disposición de doble tarjeta gráfica. En la parte trasera, las ediciones fundador incluyen un USB tipo C —compatible con DisplayPort y VirtualLink—, tres DisplayPort 1.4 y un HDMI 2.0b.

Fuente: Nvidia.