Una de esas extrañar combinaciones que han deparado el sector de los procesadores de este 2018 es la de los chips Radeon Vega con los procesadores Kaby Lake de Intel. El resultado son los Kaby Lake G, que en el caso del modelo más potente, Radeon RX Vega M GH, no tiene problemas como unidad gráfica dedicada dentro del empaquetado del procesador en alcanzar en potencia a la GeForce GTX 1050 Ti. En The Tech Report han publicado un interesante análisis del NUC Hades Canyon, modelo NUC8i7HVK, que lo usa.

Ese chip gráfico va integrado en el Core i7-8809G, un chip desbloqueado para overclocking, por lo que además se podría exprimir un 10 % más de rendimiento —aunque por la refrigeración del NUC, el ruido se hará insoportable—. El equipo tiene solo un tamaño de 142 mm × 221 mm × 39 mm, por lo que puede ponerse en el salón sin ocupar demasiado espacio y siendo relativamente de funcionamiento silencioso con un sistema de refrigeración por cámara de vapor como el usado en ciertas tarjetas gráficas de referencia de Nvidia o en la Xbox One X.

Las siguientes gráficas de The Tech Report muestran el rendimiento en juegos, muy competitivo con la GTX 1050 Ti.

Su precio es de 999 dólares, sin memoria, almacenamiento o sistema operativo, pero no hay nada en el mercado de los mini-PC parecido. No es un equipo para aquellos que busquen algo económico, sino para el pequeño grupo de usuarios que quieren algo realmente pequeño para jugar, pero teniendo en cuenta su tamaño, la fabricación y características de este NUC Hades Canyon, es un mini-PC excepcional. Eso incluye conectores Thunderbolt 3, USB 3.1, HDMI, wifi 802.11 ac y Bluetooth 4.2, entre otros puertos. Tampoco es que Intel pretenda vender millones de estos equipos, sino demostrar lo que se puede conseguir con los Kaby Lake G, y lo consigue.

Vía: The Tech Report.