AMD detalló la arquitectura Zen el pasado mes de agosto, o al menos una parte importante de la misma. Ha dejado para una convención de deportes electrónicos la presentación de Ryzen, los primeros procesadores que usarán la arquitectura, y que constan de ocho núcleos físicos —dieciséis lógicos— que funcionan a al menos 3.4 GHz con turbo —no han indicado a cuánto—, y permiten grandes subidas de frecuencia.

También incluirán 20 MB de caché combinada de nivel 2 y 3, aunque no ha dado por ahora el precio del chip, pero se pondrá a la venta en el primer trimestre de 2017. La plataforma a usar con Ryzen será la AM4, que es una plataforma moderna, con DDR4, PCIe 3.0, USB 3.1 Gen. 2, NVMe, y otras características que llegan largo tiempo ausentes de los procesadores de AMD.

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Lo importante de la conferencia se centra en SenseMI, una nueva tecnología que regula el consumo y rendimiento del procesador. El sistema se basa sobre todo en detectar el tipo de refrigeración presente en el sistema, y de esta forma permitir mayores o menores subidas de frecuencias. Todavía se aplica la subida de las instrucciones por ciclo (IPC) del procesador en un 40 % respecto a la generación anterior, aunque este Ryzen estaría a la altura del Core i7-6900K de 1200 euros, y aunque no hay precio del chip básico Ryzen, no tiene pinta de ser barato.

Pure Power se basa en la interconexión Infinity que facilita que todos los componentes de la CPU mejoren el uso de energía y permitan las subidas adecuadas en los momentos oportunos. Esta interconexión, junto a la unidad de gestión del sistema Infinity, serán el cerebro del chip. Ryzen también permitirá subidas de frecuencias en incrementos de 25 MHz, por lo que se podrá aprovechar mucho más el chip específico que le haya tocado a un comprador.

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El rango de frecuencias ampliado (XFR) es otra nueva característica que permitirá ir más allá de la velocidad turbo de manera automática del procesador siempre que la refrigeración del sistema lo permita. Por tanto, aunque se puedan subir frecuencias de manera manual, parece que gran parte del overclocking será realizado por el propio procesador de manera automática.

Por último, embebido en el chip hay algoritmos de inteligencia artificial para tomar decisiones sobre qué instrucciones ejecutar y qué mover a qué registro en qué momento, entre otras funciones, mejorando la predicción de acciones futuras. Es algo común a los chips actuales, pero AMD asegura que gracias al uso de la inteligencia artificial Ryzen puede tomar decisiones más acertadas y cometer menos fallos de caché o ejecución de instrucciones.

Vía: AnandTech.