El mandato rm -rf –no-preserve-root / no es algo que sea recomendable introducir en un ordenador que emplee Linux como su sistema operativo. Sin embargo, en algunos ordenadores portátiles puede tener un efecto secundario, más allá de limpiar todo el disco duro.

Tras el comentario de un usuario en los foros de Arch Linux, se acaba de descubrir que este mandato resulta fatal en los portátiles MSI, pues borra la partición de arranque EFI (el reemplazo moderno de la BIOS). El mandato borra el directorio /sys/firmare/efi/efivars/, que es el que almacena la información y los scripts empleados en el arranque del ordenador. Sin ellos, no puede arrancar y, por tanto, se convierte en un trasto inútil.

En una EFI bien implementada esto no debería ser un problema, ya que la partición debería ser recuperable. No obstante, tampoco debería permitirse que se pudiera escribir en ella, siendo de solo lectura. Una discusión al respecto está en curso en GitHub, en el grupo encargado del mantenimiento de systemd.

Vía: The Next Web.