La compañía estadounidense Uber ha querido instaurar su servicio en una buena cantidad de países europeos y preocuparse a posteriori de los requisitos legales para funcionar en ellos. Este modo de actuar le ha valido el cierre de su servicio de taxi UberPOP en Francia, y en España ha tenido que echar totalmente el cierre por orden judicial.

Ahora un juez de Barcelona quiere cerciorarse de cómo tratar a Uber y por eso ha preguntado al Tribunal de Justicia de la Unión Europea que le diga si es una empresa transportes o un servicio digital. Es bueno por un lado para que no se pueda prolongar el proceso judicial con recursos estúpidos por parte de Uber, pero por otro si una empresa se dedica a facilitar el transporte de personas, por mucho que tenga una aplicación que facilite al pasajero llamar al taxi, sigue siendo una empresa de transporte.

La decisión a este respecto se tomará a finales de año. La compañía cuenta ahora mismo de gran popularidad en la India, pero también ha sufrido el escrutinio de otros países como China o Corea del Sur, está también prohibido en Alemania, Bélgica y Holanda, e incluso no puede funcionar en varios de los Estados Unidos.

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Vía: Reuters.