Google está siendo investigado en una buena cantidad de países por presuntas prácticas monopolistas, abusando de su posición privilegiada para colocar sus propios productos o los de aquellos que le paguen en las páginas de resultados.

Aunque pueda parecer que está en su derecho al ser su buscador, su posición dominante que acapara más del 90 por ciento de las búsquedas de Internet puede suponer trabas a la competencia al no dar visibilidad al total de productos online. Es lo que está investigando Joaquín Almunia, Comisario Europeo de Competencia, y que en declaraciones ante el Parlamento asegura que, aunque no se han terminado de estudiar las propuestas de cambios de Google, no le parece que sean suficientes.

Hace unas semanas Google remitió un documento detallando cambios que podría introducir en su buscador en los países europeos para evitar una sanción en base a las leyes antimonopolio. Joaquín Almunia aseguraba que no le cabe duda de que Google está usando su posición para redirigir tráfico desde productos más baratos o mejores que pueden interesar más al usuario a aquellos que les pagan por mostrarlos.

También criticó que aquellos que quieren contratar anuncios lo tienen que hacer directamente con Google porque la empresa está poniendo cada vez más trabas a que se haga a través de intermediarios, que se contrate a una empresa para que gestione frente a Google sus campañas de anuncios.

Aquellos que están a favor de sancionar a Google (como Microsoft, cómo no), tienen hasta el 27 de junio para presentar sus pliegos de quejas. Una vez analizados estos documentos, remitirán a Google las conclusiones y con casi total seguridad soliciten que incorpore nuevos cambios.