Una de las novedades de Samsung mostradas en el MWC 2012, que no comentamos en el anterior artículo, es el nuevo Galaxy Beam. Un terminal gobernado por Android, que tiene como peculiaridad el tener un pico-proyector integrado. Dicho proyector nos permite mostrar en una superficie, lo que tengamos en pantalla o lo que sea captado a través de la cámara del móvil.

Respecto al hardware nos encontramos con un teléfono Android de gama media: procesador dual-core de 1GHz, pantalla de 4 pulgadas y 768 MBytes de memoria RAM. Sorprende la capacidad de la batería al ser de 2000 mAh, más grande de lo habitual por la demanda energética del proyector. Permitiendole una autonomía de 4 horas de proyección.

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Fisicamente no es ninguna maravilla. Debido al hardware del proyector y a la gran batería, el conjunto del teléfono era grande y grueso. Pero teniendo en cuenta el uso específico del mismo, en general tenía una línea de diseño bastante decente. Aunque tenía una pega de diseño, que nos aseguraron que sería corregida antes del lanzamiento, con respecto al enfoque del proyector. Que se realizaba mediante las teclas de volumen, por lo que al enfocar cambiabas el volumen.

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Respecto a las capacidades del proyector, permite crear una imagen de hasta 50 pulgadas situando el terminal a 5 metros de la superficie de proyección. Además puedes mostrar tanto el contenido de la pantalla como el que sea captado a través de la cámara. Como cualquier otro proyector, para una correcta visualización es recomendable unas condiciones de penunbra, por tanto el Galaxy Beam puede usar el Led del flash para iluminar lo que se quiere mostrar a través de la cámara. También se puede dibujar en la pantalla táctil, para señalar cosas que están siendo proyectadas.

La verdad es que siendo un modelo bastante sencillo, soprendía por lo bien que funcionaba el proyector. Lástima que por no quitarle protagonismo al Galaxy Note 10.1 o por la necesidad de una habitación a oscuras, este terminal estuviera algo escondido y pasara bastante desapercibido en la feria.