Se están dando pasos para regular las inteligencias artificiales, pero su explosiva evolución desde finales de 2022 está causando honda preocupación entre las profesiones que se pueden ver más perjudicadas. Esas son las creativas, desde guionistas o periodistas hasta los propios actores de Hollywood. El sindicato de guionistas estadounidense lleva en huelga desde mayo porque no consiguen llegar a un acuerdo sobre el uso de IA en los guiones de cine y televisión, y ahora los actores también se han puesto de huelga por desavenencias en el uso de la IA para modificar o crear interpretaciones con sus aspectos.

El sindicato mayoritario de actores, SAG-AFTRA, fue a la huelga esta semana para conseguir mejoras en las condiciones laborales de sus 160 000 afiliados. La actual presidenta, Fran Drescher (La niñera), ha sido contundente sobre que las últimas semanas de negociaciones no han ido a ninguna parte porque la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP) no ha atendido su petición de garantizar que la IA no les va a sustituir. «Si no nos alzamos ahora, estaremos pronto en peligro. Nos arriesgamos a ser reemplazados por máquinas».

La AMPTP representa a los ocho principales estudios tradicionales: Disney, Paramount, Sony, Warner, Universal, 20th Century Fox, Metro-Goldwyn-Mayer y New Line.

El fondo de la cuestión es que Hollywood quiere tener los derechos de los dobles digitales de los actores. Según Duncan Crabtree-Ireland, el negociador jefe de SAG-AFTRA, «proponen que escaneen nuestras actuaciones, nos paguen por un día de trabajo, y que luego les pertenezcan los derechos de ese escaneo de nuestra imagen y semejanza el resto de la eternidad».

Desde la AMPTP confirman que quieren que el actor dé su consentimiento para guardar y usar su doble digital, pero solo en aquellas situaciones en que el actor esté de acuerdo a ello renegociando su uso fuera de la grabación para la que se hubiera tomado. Así que de esto se deduce que más bien es un tema de que no quieren cobrar por ello un único día de trabajo, sino que probablemente quieran cobrar regalías o unas tarifas más abultadas para evitar que sean desplazados por versiones digitales.

Vía: Ars Technica.